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Cargos partidarios

Por qué se pelean los radicales

Galimberti busca que la interna para la renovación de la conducción partidaria del 16 de abril se convierta en una instancia de acumulación política para su postulación a gobernador. Es una apuesta de alto riesgo que lo obliga a ganar. Lo mismo corre para los radicales que juegan con Frigerio. Los que pierdan quedarán mal parados para las PASO de Juntos por Entre Ríos.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

La semana pasada, Entre Ríos Cambia puso a jugar a su mejor hombre. El intendente de Crespo, Darío Schneider, anunció que pretende ser el próximo presidente de la UCR entrerriana.

Para que la interna partidaria resulte funcional a la candidatura a gobernador de Pedro Galimberti no sirve que esta vez el radicalismo vuelva a renovar su conducción por consenso, como viene ocurriendo desde 2016, cada dos años (ver recuadro al pie de la nota).

A diferencia de lo que pasó en 2021, cuando luego de amagar con “ir por todo” terminaron negociando y cediendo la presidencia de la UCR a la corriente Illia, desde Entre Ríos Cambia se asegura que esta vez pretenden ir en serio a elecciones partidarias y confrontar a la dirigencia radical que avala la postulación a gobernador del líder del PRO, Rogelio Frigerio, el candidato mejor posicionado de Juntos por Entre Ríos.

Están confiados en que, el 16 de abril, el voto de los afiliados (los únicos que pueden participar de una interna partidaria) los favorecerá. Especulan que una derrota de los “radicales con Frigerio” (como se los identifica coloquialmente en la interna) demostrará que han perdido predicamento en las bases del radicalismo.

En la vereda de enfrente aseguran todo lo contrario. Dicen que les van a ganar en toda la provincia, incluido Paraná campaña, el territorio de Schneider.

La dirigencia radical que apoya la postulación a gobernador de Frigerio y el espacio que en la UCR propone para ese cargo al ex diputado Fabián Rogel no querían ir a elecciones partidarias. Pero ante la salida al ruedo de Schneider, decidieron dar pelea con una lista conjunta. De cualquier manera, buscarán agotar todas las instancias para un acuerdo y por eso lanzarán los candidatos recién el sábado 18 de marzo, tres días antes del plazo para la presentación de listas, que se cumple el martes 21, a las 20 horas.

 

Sin debate

Es difícil saber si la dirigencia de Entre Ríos Cambia está en lo cierto, porque hace mucho que no se ve debatir pública e institucionalmente a los radicales. El congreso partidario que se integró en la renovación de abril de 2021 se reunió una sola vez en estos casi dos años. El único encuentro se realizó de manera virtual el 3 de julio de 2021, todavía en plena vigencia de las restricciones por la pandemia. Fue para cumplir con la ley: aprobar la política de alianzas de la UCR para las elecciones intermedias de ese año.

En el radicalismo entrerriano, que históricamente se ha jactado de ser el partido con más vida institucional de la provincia, la paralización del congreso fue siempre motivo de reproches de las bases hacia la dirigencia. Por carta orgánica, deben hacer tres asambleas por año. Pero su presidente, Ricardo Labarba, sólo alzó la voz a fines de 2022 y para criticar al presidente de la UCR a nivel nacional y postulante a la presidencia de la nación, Gerardo Morales, por venir a Entre Ríos a hacer campaña con Galimberti.

Labarba está con Frigerio. Lo mismo que Jorge Monge, el presidente del Comité Provincial. Es lógico deducir que el congreso no se reunió para evitar que se debata el apoyo de la mayoría de la primera línea de la dirigencia radical a un candidato a gobernador de otro partido.

En el radicalismo de Entre Ríos quieren que Frigerio sea gobernador 10 de los 17 intendentes; 4 de los 7 diputados provinciales; 2 de los 3 senadores provinciales; 2 de los 3 diputados nacionales y la única senadora nacional del radicalismo. El detalle completo fue publicado oportunamente por Página Política en la siguiente nota:

 

Riesgos

Galimberti hace lo que haría cualquier dirigente en su situación de candidato que corre de atrás: busca poner en aprietos a sus competidores. Evalúa que una elección partidaria será una manera objetiva de demostrar qué tiene cada uno dentro de la UCR entrerriana. Y presume que los pedidos para evitar la elección tienen que ver con el temor de algunos dirigentes a quedar desnudos ante los ojos de Frigerio.

En esta lógica, la presidenta del interbloque de diputados de Juntos por Entre Ríos, Gracia Jaroslavsky, que aspira a ser compañera de fórmula de Frigerio, debería ganar la interna en Victoria.

Lo mismo corre para la aspirante al mismo cargo por la corriente Illia, la diputada nacional Gabriela Lena, que tendría que vencer a Galimberti en su ciudad, Chajarí.

La única que saldría ganando es la intendenta de Villa Elisa, Susana Lambert. Es muy difícil que pierda una interna partidaria en su territorio. Algunos opinan que, además, correría con otra ventaja a los ojos de Frigerio: cultiva un bajo perfil político, centrado en la gestión. Pero ese ya es otro tema.

En cualquier caso, está claro que para Galimberti, jugar una interna partidaria en estos términos implica tomar un alto riesgo ¿Qué pasaría con su candidatura a gobernador si fuera derrotado en el partido por la dirigencia radical que juega con Frigerio?

La interna radical asoma entretenida. Más entretenida que otros años. Pero lo que divide aguas (el apoyo a Frigerio) no contiene un debate muy sustancioso políticamente. Por lo que se ha visto hasta aquí, es más una cuestión metodológica: los dos espacios dicen tener “vocación de poder”, pero unos creen que lo más efectivo es acompañar al candidato favorito y otros evalúan que lo que el postulante de PRO podría ofrecer en un acuerdo es el piso de lo que el radicalismo podría ganar, por peso propio, en una interna de Juntos por Entre Ríos.

La última década

 

La corriente Illia, como grupo dominante de la UCR, venía presidiendo el Comité Provincial con José Artusi (2010-2012, electo por consenso); Jorge D’Agostino (2012-14, con internas) y Fuad Sosa (2014-16, con internas).

En los dos siguientes períodos, la Illia cedió ese cargo para evitar la interna. En 2016 se consensuó el nombre del entonces intendente de Chajarí, Pedro Galimberti para el Comité Provincial y en 2018 el del jefe comunal de Villa Elisa, Leandro Arribalzaga. Fueron presidentes de la UCR que contaron con el aval de Frigerio, por entonces ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, a quien los intendentes radicales frecuentaban en busca de fondos.

La pandemia llevó la interna que debía realizarse a fines de 2020 hasta mitad de abril de 2021. Otra vez la renovación de la conducción partidaria fue por consenso. Con Jorge Monge, la Illia recuperó la presidencia del partido, en un acuerdo con el sector de Galimberti y Schneider, que como fundadores de la corriente Construir –conformada mayoritariamente por intendentes– habían amagado con dar la pelea interna, en una cruzada renovadora que se quedó a mitad de camino.

Al poco tiempo todo cambió. La Illia se partió luego del apoyo de Atilio Benedetti a Frigerio para las legislativas. Y el sector de Galimberti y Schneider sufrió varias fugas de intendentes que se fueron con Frigerio.

La interna se concretó finalmente en las PASO de JxC para las legislativas de 2021, donde Galimberti obtuvo con holgura la minoría, que le permitió integrar la lista de diputados encabezada por Frigerio, desplazando a Benedetti del tercer lugar.

Galimberti llegó al Congreso y Benedetti, que había sido el primer y más importante apoyo de la dirigencia radical de Entre Ríos a Frigerio, no pudo reelegir.

Fruto de ese proceso interno, los dos bandos radicales (los que pactaron y los que enfrentaron a Frigerio) obtuvieron una banca: Galimberti y Marcela Ántola, que ocupó el segundo lugar de la lista por un acuerdo de Frigerio con el senador porteño Martín Lousteau.

Fuente: Página Política
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