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Entrevista

Santiago Halle, unas de las piezas renovadoras en el peronismo

Es uno de los dirigentes que se lo puede enrolar en la renovación política y de gestión. Qué piensa del peronismo, Alberto Fernández y el periodismo. En una entrevista habló sobre el gobierno que encabezará Bahl.

Santiago Halle tiene 28 años y seguramente el 11 de diciembre asumirá su primer cargo político importante. Prefiere no hablar del tema ni adelantar en qué lugar se ve. Fue el representante legal de la lista con la que Adán Bahl se impuso en las elecciones de Paraná y en la actualidad es parte del equipo que está estudiando la situación de la Municipalidad para dilucidar cuál es el cuadro en que se asumirá la gestión. Lo que se conoce como transición. Es hijo de José Carlos Halle y Rosario Romero, se desempeña en el estudio jurídico familiar que, a partir de diciembre, pasará a estar en un segundo plano. En la actualidad se reparte el tiempo entre los casos que lleva adelante en los tribunales y en la política. El joven abogado aparece como otras de las voces que protagonizarán el proceso político que viene. En una entrevista con Página Política dio su punto de vista sobre diferentes temas.

-¿Qué es lo primero que se debería hacer en la Municipalidad?

-Yo creo que hay que asumir el gobierno. Hoy es un caos, pero lo primero que hay que hacer es asumir ese caos y a partir de ahí renovar la esperanza para adentro y para afuera. Son dos cuestiones fundamentales, que te las resumiría en el concepto de confianza. Crear confianza.

-¿Cuál es el cuadro con el que se encontraron cuando empezaron a desandar la transición?

-Es muy grande el organigrama, el funcionariado político. Se cruzan competencias y esto genera caos en las responsabilidades entre las diferentes áreas. Por ejemplo: hubo 15 días sin servicio público de transporte y nadie se hacía cargo, no había un área concreta que se haya puesto al frente del problema. Las explicaciones se iban dando como de casualidad. Insisto, no había un área determinada que se haya plantado y diga ‘lo que sucede es esto’.

-A la mayoría de los dirigentes se los puede abordar desde dos planos; el de la capacidad de gestión y desde el dirigente político. A Adán Bahl se le atribuye una vasta experiencia en la administración provincial. ¿Cómo te lo imaginas al frente de un gobierno municipal?

-Beto va a organizar la estructura para gobernar de manera ordenada. Esto que decía de las competencias entre las áreas es fundamental. Esta idea de definir los roles en un gabinete de manera tal de saber quién está en tal o cual cosa es lo primero que va a hacer. No se trata de achicar el Estado, sino organizarlo. Esto se trabajó durante la campaña electoral cuando se organizaron las mesas de trabajo en que cada una de ellas desarrolló una temática concreta de la ciudad. Estas mesas de trabajo también significaron abrir el juego a la sociedad civil a través de referentes de clubes, vecinales y organizaciones.

-¿Cómo estás viendo la construcción política de ese frente de 11 partidos con el que Gustavo Bordet revalidó en la provincia y Bahl se impuso en la ciudad?

-La construcción tiene que partir de la mirada del vecino, de ese ciudadano que quiere que en Paraná haya más cosas, esté mejor. El modelo de gestión será amplio más allá de las estructuras partidarias. Creo que cualquier vecino puede ser un dirigente capaz de trabajar para la ciudad.

-El peronismo pudo lograr una unidad en la provincia y en la Nación. ¿La ves perdurable o crees que fue en una coyuntura como consecuencia de lo que había enfrente?

-Es posible que la unidad tenga su continuidad siempre y cuando se mantengan las diferencias. El peronismo no es (Juan) Grabois, es un movimiento mucho más amplio que nada tiene que ver con un sector fanatizado. En el peronismo los temas siempre tienen miradas diferentes hacia adentro, el respeto a esas diferencias es la clave.

-¿Alberto Fernández es una síntesis de esas contradicciones, como en su momento lo supo interpretar Néstor Kirchner?

Sin dudas. Alberto es un dirigente tolerante. Nosotros siempre coincidimos en su postura. Se mantuvo en la misma línea, la de la tolerancia. Ha venido (a Paraná) en otras épocas en donde lo recibimos con beneplácito.

-La renovación en el peronismo es una consigna que se viene repitiendo en todos los gobiernos pero termina quedando en el libro de deudas. ¿Por qué habría que creerle a Bordet?

-Porque ya se está dando. Cuando uno ve que la juventud está en funciones, lo hace creíble al proceso. Gustavo va a tener la posibilidad de encarar los próximos cuatro años pensando un cien por ciento en la gestión. Esto está bueno. (Sergio) Urribarri estuvo con el ‘Sueño Entrerriano’ y la campaña nacional, lo que significó que la cuestión política esté muy centralizada en su figura. Bordet, en cambio, se va a centrar en la gestión y eso da esperanza de renovación.

-¿La reforma política es un requisito fundamental para esa renovación?

-No creo que sea la única herramienta, pero sí es interesante. La reforma política que se impulsó en su momento le daba al elector una mayor libertad y transparencia. Y al candidato una mayor responsabilidad para hacer campaña.

-¿Qué lugar le das al peronismo en un contexto de crisis de los partidos donde la sociedad se identifica más con las personas que con las organizaciones partidarias?

-Más allá del PJ creo que los partidos deben seguir siendo el centro de la construcción política. Hay que volver un poco a esa idea de los partidos que quizás sea vieja. Yo lo vi en la facultad, en Santa Fe, donde Franja Morada es una organización que forma a sus dirigentes. Eso lo veía cuando estudiaba y realmente me parecía re interesante. La formación tiene que ser en un partido, pero con las estructuras o las plataformas del siglo veintiuno.

-La política cada vez más aparece entrelazada con los medios de comunicación y los periodistas. ¿Cómo lo vivís?

-Veo con naturalidad la relación con el periodismo. Eso lo vi así por mis viejos, que siempre estuvieron en política y expuestos ante los medios. Los dirigentes tienen que poner la cara como los periodistas ponen su firma. Ambas cosas, como la libertad de uno y otro para expresarse, son fundamentales. Sobre todo en estos tiempos en donde vivimos inmersos en un mundo de fake news. Creo que es muy difícil combatir esas cosas, por eso creo que el periodismo tiene la tarea de educar de tal manera que el ciudadano cuando agarre su celular sepa diferenciar lo que le llega y dilucidar lo que es una noticia de lo que es una mentira.

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