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Cuando Mario Moine se afilió al PRO

Es el único hijo varón del exgobernador peronista. No sólo se llama igual que su padre, también piensa bastante parecido. Entró al PRO por invitación de De Angeli y milita junto a Gainza en un proyecto para gobernar Paraná.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Aparece como una rara avis dentro de los hijos que adoptan la política como una herencia familiar. Mario Gabriel Moine no militó en la juventud del partido de su padre, ni ocupó cargos públicos desde joven. El bicho de la política le picó recién a los 36 años, en 2015, cuando ya era padre de dos hijos varones (que hoy tienen 9 y 4 años) y junto a su esposa, con quien obtuvo el título de abogado casi en simultáneo, estaban al frente de dos estudios jurídicos, uno en Paraná y otro en Diamante.

Tal vez, todo se deba a que su padre, el exintendente de Paraná (1987-91) y exgobernador (1991-95) Mario Armando Moine fue, en varios aspectos, un outsider de la política, un empresario que en los años 90 intentó administrar el Estado como si fuera una empresa.

Así visto, no sorprende que su sangre siga haciendo huellas en la política entrerriana dentro de un partido como PRO. De algún modo, Mario Moine hijo está, finalmente, siendo un fiel heredero político de su padre.

Ahora, cuando Página Política lo convoca para una entrevista, Moine luce, a sus 39 años, como un político que contagia entusiasmo por lo que hace: ocuparse del “territorio”, del contacto directo con la gente de los barrios de Paraná a la que el concejal Emanuel Gainza visita casi a diario.

De tal palo

Ser el hijo de Moine le dio a Mario una visión particular de la política. Tenía 8 años cuando su padre asumió como intendente y 16 cuando dejó la gobernación. La función pública en ese nivel es a tiempo completo y lo privado normalmente se ata a lo público. Muchas reuniones políticas se hacen en casa y el tiempo para compartir en familia se reduce. Siendo un niño, Mario acompañó al intendente en distintas recorridas por los barrios de Paraná, y era un adolescente cuando conoció la quinta de Olivos, llevado por el gobernador.

Naturalmente, se vinculó desde muy chico con dirigentes del peronismo. Pero no sería alguien de ese partido quien le terminaría dando el empujoncito a una inquietud que, internamente, le venía dando vueltas en torno a que no servía criticar de afuera, que había que “involucrarse e intentar cambiarlo”.

En febrero de 2015, el senador Alfredo de Ángeli lo invita a participar en el PRO. Macri estaba tercero en las encuestas con 15 puntos y faltaba un mes para que nazca Cambiemos en la Convención Nacional de la UCR que sesionaría en Gualeguaychú.

De Angeli es primo hermano del exgobernador Moine. Pero Mario apenas si lo había visto alguna vez, en alguna reunión familiar. “En 2008, cuando Alfredo se hace muy famoso por el tema de la 125, ahí me enteré que era primo de mi papá. Mirando la tele, mi mamá dice: ‘mirá los Melli’ ”, recuerda.

-¿Qué dijo tu padre cuando te metiste en política y elegiste el PRO?
-Siempre fue muy respetuoso en ese sentido. De chico me dijo que me dedique a la profesión y no buscó que yo siga en política.

-Uno puede suponer que tan mal no le habrá caído, tomado en cuenta que las ideas que sostuvo cuando fue gobernador no eran tan distintas de las que sostiene ahora Macri.
-Son diferentes formas de gobernar. Mi padre siempre fue empresario y tiene una visión de ordenamiento de la administración muy diferente a la de algunos pares. Busca el orden financiero y administrativo, cosa que muchos gobiernos no han hecho en los últimos años. Y yo creo que está más que demostrada la necesidad de ordenar las cuentas. Los gobiernos, llamémosle así, populistas han sido muy irresponsables, durante muchas décadas.

La idea del orden administrativo está muy bien, el tema es el método. Ahí es donde no coincidimos con lo que fue la 8.706.

-Ahora, ya como dirigente político ¿qué mirada tenés de la ley 8.706, por la que muchos estatales mal recuerdan a tu padre?
-El vio la necesidad de acomodar el gasto. Históricamente, todos los gobiernos meten gente por la ventana de manera irresponsable, para pagar favores políticos. Eso, que hemos normalizado, está mal. Entiendo que la gente necesite trabajar, pero no a costa del Estado, porque después lo terminamos pagando todos los laburantes. La idea del orden administrativo está muy bien, el tema es el método. Ahí es donde no coincidimos con lo que fue la 8.706. Por lo pronto, habría que congelar la planta, si ya sabemos que sobra gente. Además es una cuestión de dignidad. Hay mucho empleado público que es muy infeliz en su trabajo, porque no tiene nada que hacer.

-¿Por qué con Gainza?
-Fue más que nada una casualidad. Las reuniones se hacían en el local de él de calle Monte Caseros. Ahí conozco a los chicos. En Emanuel encontré alguien que entendía la necesidad de construir el partido y construir política, pero buena política: de calidad, honesta, al lado de la gente. Justamente yo me involucré porque estaba cansado de la dirigencia política que había, que te mentían en la cara.

Emanuel tiene un proyecto para la ciudad y la única manera de llevarlo adelante es, primero, estar al lado del vecino, escuchándolo, conteniéndolo. Sin eso no hay proyecto político

El día a día

En el PRO, Mario es apoderado del partido. Desde principios de 2017 se ocupa a “la parte territorio” del trabajo político de Gainza en Paraná. “Emanuel es muy solicitado desde los barrios por vecinales, vecinos comunes, organizaciones. Los ciudadanos le están reclamando continuamente al político para que vaya a su barrio y solucione problemas de todo tipo; desde los municipales que son los servicios públicos, lo intermedio que es salud y educación y, lógicamente, las políticas nacionales como falta de trabajo o problemas económicos.
Hay muchos funcionarios que no hacen ese trabajo. Emanuel tiene un proyecto para la ciudad y la única manera de llevarlo adelante es, primero, estar al lado del vecino, escuchándolo, conteniéndolo. Sin eso no hay proyecto político”, se entusiasma.

-¿Cómo llega el contacto con el vecino?
-La mayoría de los pedidos son a través de las redes sociales. Fuimos a la casa de un vecino y lo publicamos. Y la gente empezó a llamarnos y se armó una enorme agenda de visitas. Tenemos toda una organización, un sistema para coordinarlo del que mayormente me encargo yo.

-El proyecto es gobernar Paraná.
-Nosotros decimos que estamos construyendo una alternativa dentro de Cambiemos, para que la gente pueda tener opciones para la ciudad. Emanuel tiene grandes ventajas: es nuevo en la política, tiene muchas ideas, es joven y aun así tiene mucha experiencia de gestión de la ciudad de Buenos Aires, donde conoce muchos funcionarios y tiene acceso a programas muy interesantes que fueron desarrollados en la ciudad y que quiere traerlos a Paraná.

El peor momento

-¿Qué le pasó a ese entusiasmo, que demostrás en esta primera experiencia política, cuando el lluvioso martes 8 de mayo los paranaenses nos desayunamos con esa imagen de patrulleros estacionados frente al palacio municipal?
-Me acuerdo que me estaba yendo a Santa Fe y cuando llego me entero. No lo podía creer. Empecé a ver los portales que informaban del allanamiento al municipio. Sentí mucha pena, porque estamos transcurriendo una etapa en la que el político no puede revertir su imagen negativa ante la sociedad. Uno se mete para tratar de cambiar algunas cosas y por ahí nos catalogan como que somos todos iguales. Y es injusto que nos metan a todos en una misma bolsa.

-¿Y cómo digeriste el hecho de que en la causa termine también salpicado Gainza?
-La palabra no es salpicar. Emanuel pasó de testigo a imputado, le tomaron declaración y posteriormente le dictaron la falta de mérito. Lo importante es recalcar la actitud que tuvo, que optó por el silencio y respeto a la Justicia para que haga su trabajo como corresponde, sin interferir mediáticamente y dándole al juez todo el tiempo necesario. La falta de mérito es alentadora, no hay mensajes o llamados que lo involucren.

-¿Cómo impactó esta situación judicial en la construcción política que llevan adelante y cómo piensan que pueden superarlo?
-Lógicamente, fue un golpe duro. Pero lo vivimos con la tranquilidad de no tener nada que ver con este asunto. Hasta que salió la falta de mérito hubo mucha intranquilidad. Luego seguimos trabajando.

-¿Notaron, concretamente, algún impacto en este trabajo territorial, o la gente está en otra cosa?
-No, la gente en general demostró apoyo y muchos confiaron en que esto se va a aclarar. No hubo un coletazo negativo.

La política es muy dinámica. Este es el peor momento de Cambiemos, pero yo creo que se va a lograr revertir con el correr de los meses y el ambiente va a cambiar.

-¿En 2015, cuando te decidiste a acompañar el proyecto de Macri, imaginaste que se podía llegar a una crisis económica tan severa como la actual?
-Lo vivimos con cierta angustia y preocupación. Hay cosas a las que no se le ha podido encontrar la vuelta, como la inflación. Hay que reconocerlo. Pero también que el rumbo que se estableció es el correcto: bajar el déficit, tratar de acomodar los números. Voy a seguir defendiendo la manera de construir que tiene el Presidente. Por ejemplo, la decisión de avanzar en la devolución de la coparticipación a las provincias, o las convocatorias a los gobernadores y a diferentes fuerzas para encontrar soluciones. Este gobierno trata de gobernar para todos por igual sin distinción de bandera política. Es innegable también el apoyo que ha recibido a nivel mundial.

-¿Cómo crees que pueda influir electoralmente esta situación de crisis de Cambiemos? Tanto por la economía como por los problemas locales.
-La política es muy dinámica. Este es el peor momento de Cambiemos, pero yo creo que se va a lograr revertir con el correr de los meses y el ambiente va a cambiar.

-¿Te ves ocupando una candidatura el año que viene?
-Es muy pronto. Hay problemas muchos más serios. Hay que dejar la politiquería de lado y trabajar para la gente. No puedo estar un año viendo que cargo voy a ocupar. El político debería estar abocado a solucionarle los problemas a la gente.

-La pregunta sería entonces desde que lugar te gustaría solucionarle los problemas a la gente.
-Desde el lugar que el equipo considere que yo puedo aportar y en el que la gente nos ponga.

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