Las presiones del PRO para correr a Lucia Varisco del interbloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados de Entre Ríos lograron que dos diputados radicales, enrolados internamente con el postulante a la gobernación del PRO Rogelio Frigerio, pidieran a la conducción de la UCR que acelere el trámite donde se resuelve un pedido de expulsión de la diputada radical, que lleva ya diez meses.
El 13 de diciembre de 2021, casi un mes después de las elecciones legislativas del 14 de noviembre, el afiliado radical Ariel Esteban García, de la seccional cuarta de Paraná, presentó un pedido de expulsión de la afiliada Lucía Varisco, bajo el argumento de que había competido en las elecciones legislativas como candidata a diputada nacional por el partido Fe, es decir, en contra de la UCR.
El Comité Provincial podría haber archivado la denuncia. Sin embargo, en una reunión que se realizó el 28 de diciembre, resolvió que había elementos suficientes para atender al planteo. La definición de “abrir causa” en este caso se adoptó por una amplia mayoría: 14 votos a favor, dos en contra y una abstención.
Los votos en contra fueron de dos vocales enrolados en Construir, el sector que propone a Pedro Galimberti para la gobernación: Román Troncoso y Pilar Soldini. En ese momento, Varisco todavía no jugaba con Galimberti, pero ya había conversaciones.
Tras el receso de verano, el trámite se demoró en la búsqueda de un instructor sumariante, encargado de analizar la prueba aportada y la documentación existente, para luego elevar un dictamen al Comité Provincial, a fin de que la conducción partidaria resuelva.
Dicen en el partido que no fue fácil encontrar un sumariante con un perfil imparcial. Luego de algunos meses de búsqueda, aceptó desempeñar ese rol la afiliada Etel Brondi, una abogada de María Grande, alejada de la interna de Paraná.
Afirman que el informe de la sumariante estaría casi listo. Sólo faltaría una prueba que se habría demorado en la justicia electoral.
Dilación
Lo cierto es que no hay mucho para probar: alcanza con la boleta de Lucía Varisco como candidata del partido Fe. Es tan palmaria la violación de la carta orgánica, que cualquier dilación en torno a una sanción no puede interpretarse sino como una decisión política de la conducción de la UCR de evitar agitar las aguas de la interna.
En estos diez meses ha sido evidente que la conducción radical planchó el trámite. Apostó a que el paso del tiempo baje la espuma de la confrontación con el PRO, que es en definitiva lo que expresa la diputada Varisco con sus reiteradas y durísimas acusaciones al partido de Rogelio Frigerio, a quien responsabiliza de haberle “armado” la causa por narcotráfico a su padre, Sergio Varisco, con el fin de “sacarlo de la cancha” para “quedarse con la Intendencia de Paraná”.
En su momento, la dirigencia radical evaluó que una sanción no haría otra cosa que potenciar políticamente la denuncia de Lucía. Y, con ello, provocar que la interna en JxC escale en un tema tan sensible como la relación entre la UCR y el PRO, que va más allá de la causa Varisco.
Efectivamente, hay muchos sectores internos en el radicalismo que han sido y son severos críticos del modo en que Frigerio, surfeando las tradicionales mezquindades de la interna radical, dominó a la UCR de Entre Ríos desde 2015. Varios de esos críticos hoy están alineados electoralmente con Frigerio y se muerden la lengua. La instalación de un debate sobre este punto, los obligaría a tomar partido públicamente.
Además, siempre fue problemático sancionar a dirigentes en la UCR. Y en este caso se trata de una afiliada de apellido ilustre para la UCR de Paraná: la hija de Sergio y nieta de Don Humberto y Magda. A pesar del terrible final político de Sergio, condenado por narcotráfico, el homenaje que se realizó en la casa del partido a un año de su muerte contó con una nutrida y variada presencia de dirigentes radicales de distintos espacios internos, que aplaudieron el descubrimiento de una placa donde se evoca el ex intendente como una “víctima del lawfare”.
Todo esto ocurrió en un contexto de extrema dispersión de la UCR de Paraná, tras la disgregación del varisquismo como principal espacio radical desde 1983. Hoy hay una media docena de dirigentes radicales lanzados a la intendencia y jugando con Frigerio. La mitad de ellos proviene del varisquismo y ninguno suma un volumen político que los vuelva competitivos ante los candidatos del PRO. En semejante marco de fragmentación, lo poco que todavía pueda reunir electoralmente el apellido Varisco en Paraná es mucho ¿Es negocio expulsar a Lucía para que vuelva a dividir el voto radical?
Por si alguna duda quedase al respecto, este sábado, al cabo de la semana en la que se reactivaron los pedidos de sanción partidaria, Lucía –en sociedad con el montielismo– llenó el salón principal de la sede central de la UCR de Entre Ríos. Fue el acto más importante con motivo de los 39 años del triunfo de Raúl Alfonsín.
Inestable
Todo parecía encarrilarse cuando, desde el bloque de la UCR, se decía que Lucía se había comprometido a bajar los decibeles de sus críticas. Esa promesa permitía frenar la embestida de los diputados del PRO que pedían su apartamiento del interbloque de JxC. El argumento de los macristas resultaba lógico: Varisco venía de competir electoralmente en contra de JxC (se decía que financiada por el peronismo para dividir el voto radical) y se la pasaba atacando con munición gruesa al principal candidato a gobernador del espacio. ¿Qué hacía en el interbloque de JxC?
Las cosas venían más o menos tranquilas hasta que Varisco decidió, en la sesión del 28 de septiembre, contestar a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que en el programa de Mirtha Legrand había equiparado a la banda narco Los Monos con Sergio Varisco. La intervención de la diputada radical en el recinto –con durísimas acusaciones hacia la ex ministra de Seguridad, el ex ministro del Interior y el entonces jefe de la Policía Federal, Néstor Roncanglia– tomó por sorpresa al resto de los diputados radicales.
Les molestó que en lugar de adherir al rechazo institucional de la UCR a las declaraciones de la presidenta del PRO, Varisco hubiera doblado la apuesta con su incendiario discurso, que derivó en un cruce con la diputada macrista Ayelén Acosta, alineada con Bullrich.
Este último cortocircuito político no es el motivo formal de sanción en el partido. Lo que piden legisladores de la UCR es que se concluya con el trámite iniciado en diciembre de 2021.
La novedad es que ahora, según aseguran a Página Política en el partido, existe un “ánimo general de aplicar alguna sanción” que excede a la inquietud de los legisladores.
Hay tres sanciones previstas por la Carta Orgánica: el apercibimiento, la suspensión temporaria o la expulsión. “La mayoría (del Comité) piensa que esto no se debería dejar pasar. Sino para qué está la carta orgánica”, aseguró un miembro del Comité. Pero lo que se impondría sería la aplicación de una sanción “leve”. Y todavía no hay una fecha para que eso ocurra.
El bloque radical siempre dijo que no adoptaría ninguna decisión sobre la diputada Varisco mientras el partido no definiera una sanción. Un pronunciamiento del partido daría pie al apartamiento de Varisco que pide el PRO o podría, incluso, derivar en un quiebre mayor del interbloque de JxC: que alguno o todos los diputados radicales enrolados con Frigerio se unan a la bancada del PRO: Eduardo Solari, Uriel Brupbacher y Gracia Jaroslavsky juegan en la interna con el líder del PRO y Sara Foletto responde a Fabián Rogel, de buena relación con Frigerio.
Fuente: Página Política