
El congreso provincial de la UCR de Entre Ríos, que sesionará este sábado, no arrojará mayores novedades. Es que el consenso domina en los dos asuntos que tienen por resolver: la conformación de la Mesa del congreso y la definición de la política de alianzas que llevará el partido en las elecciones de este año.
En el primer caso, hay acuerdo entre los grupos mayoritarios del partido para que la corriente Convergencia, que lidera el diputado Jorge Lacoste nomine al presidente del Congreso. No será Lacoste, que no es congresal. El resto de la mesa se integrará con representación de otros sectores internos.
Este primer paso es necesario porque es la primera sesión del congreso con los delegados que surgieron de la última interna. Como pasó para la integración del Comité Provincial, aquí también son las corrientes Illia y Construir las que tienen mayor representación entre los congresales.
Sobre el segundo punto del orden del día, la política de alianzas, no hay entre los grupos mayoritarios de la UCR nadie que esté planteando romper con el PRO. De modo que se aprobará la continuidad de Cambiemos.
Cabeza de lista
Lo que asoma como un motivo de discusión es el interés de algunos sectores para aprobar una resolución, como la que se dictó en 2019, para que la UCR sea la que encabece la lista de candidatos a diputados de Cambiemos, puesto como condición para continuar en la alianza con el PRO, el GEN y el MSE.
Pero todos saben en el radicalismo que una resolución de este tipo no es más que una expresión de deseo sin poder resolutivo, por la sencilla razón de que el congreso de la UCR representa a un partido y no a todo el frente electoral.
El congreso radical, como máxima autoridad partidaria, puede fijar ese criterio para llevar a la mesa de negociaciones con el resto de las fuerzas aliadas: que la UCR encabece. Pero si se pone como condición para integrar la alianza, se caería Cambiemos. Y nadie quiere eso.
Por sentido común, la resolución del congreso de un partido no puede ser vinculante para el conjunto de la alianza que integra ese partido. Y, en términos formales, lo único que le pide la Justicia Electoral a los partidos políticos es que antes del 14 de julio informen si van a ser parte de una alianza y no cómo se van a ordenar las listas.
Si el orden de la lista que Cambiemos llevará a las elecciones de noviembre se puede definir por el congreso de uno de sus partidos ¿qué sentido tienen las PASO de septiembre?
En todo caso, el planteo para encabezar las listas se parece más a una chicana contra Atilio Benedetti, hasta ahora el único dirigente político de peso en la UCR que ha expresado su apoyo a Frigerio y que integraría (en el lugar 3) la lista encabezada por el líder del PRO. Sería una forma de meter el dedo en la llaga, una movida meramente política sin ningún efecto formal o práctico.
Construir (Pedro Galimberti, Darío Schneider) y la corriente Illia (Benedetti, Gustavo Cusinato) tienen el control del congreso. Y ninguno quiere romper Cambiemos. Aunque de todos ellos sólo Benedetti esté jugando con Frigerio, no habría ánimo entre estos grupos mayoritarios para hacer de esta cuestión un motivo de pelea. El fundamentalismo radical está fuera de estos grupos. Y, además, el modo virtual limitará un debate que adquiriría mayor temperatura en un congreso presencial.
En definitiva, están todos mirando 2023. No hay mucho clima de pelea entre quienes vislumbran que los grupos internos se reformularán en la UCR de cara a esa discusión de fondo.
Fuente: Página Política