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La guardiana

La ministra de Salud está al frente del Comité de Emergencia Sanitaria ante la pandemia. El perfil de una trabajadora social que hizo escuela en lo sanitario. Su referente. Sus desafíos.

El 12 de junio de 2017 asumió como ministra de Salud. El contexto no podía ser el peor. En Entre Ríos el peronismo iba camino a perder las elecciones de medio término por goleada. La asunción de Sonia Velázquez fue diferente a las habituales. En el Salón Blanco de Casa de Gobierno se vivieron momentos de emoción. El marco no lo constituían sólo el de futuros compañeros de gabinete, sino también trabajadores sanitarios, en su mayoría enrolados en ATE, sindicato que supo integrar desde la comisión de salud. Los ateístas vieron en esa asunción un triunfo sobre sus eternos rivales de UPCN, que habían sido el soporte político de Ariel De la Rosa.

Ese día de junio no fue el primer paso que dio Velázquez en la gestión o en la administración pública. Llevaba 30 años en el Estado. En 1987 ingresó como miembro del equipo de Trabajo Social del Hospital Materno Infantil San Roque. Su corrículum tiene kilómetros de capacitaciones en ese rubro, lo que le permitió ocupar espacios relevantes en equipos técnicos dedicados a la salud integral del adolescente en el ámbito provincial y nacional. Enumerar cada uno de los lugares que ocupó sería una tarea interminable.

Cuando el peronismo no tenía aún una brújula para volver al gobierno nacional, Velázquez le puso nombre y apellido a su referente, a quien en tono emocionado le dedicó su asunción: Ginés González García.

Oriunda de Nogoyá, militante justicialista, licenciada en Trabajo Social y Magister en Gestión de Sistemas y Servicios de Salud se desarrolló a partir de 1987 en la cartera sanitaria, donde hizo una intensa e interesante carrera. Hace un poco más de 20 años asumía cargo de coordinadora de planificación y gestión en la Dirección de Emergencias Sanitarias. Herramientas adquiridas en aquellos años debe estar desempolvando la ministra de quien hoy depende la prevención y la salud de los entrerrianos ante la pandemia del coronavirus que sacude al mundo.

Al frente del ministerio su gestión debió capear el ajuste nacional. Durante el gobierno de Mauricio Macri se eliminó el amplísimo Plan Remediar y que el actual gobierno de Alberto Fernández repuso. En una entrevista del 23 de agosto de 2018, la ministra dio cuenta del cuadro de situación: “Estamos erogando más de 65 millones de pesos – lo que es inusual- para poder sustentar el funcionamiento de hospitales, teniendo en cuenta, además, que el valor dólar de los insumos fármacos y elementos para cirugías son importados”, sostuvo al comparar que el presupuesto de ese año estaba atado a un dólar de 15 pesos y en ese entonces ya superaba los 30 pesos. En ese reportaje precisó que en Entre Ríos existen aproximadamente unas 450 mil personas sin cobertura de seguridad social, cuya única garantía es el Estado.

Las nuevas olas

Países como Cuba, Colombia, República Dominicana, México y Estados Unidos le abrieron las puertas para experiencias y perfeccionamientos que fue mechando con centros de salud comunitaria y rural, lugar que conoce al dedillo, porque fue allí donde se crió y caminó kilómetros diarios para ir a la escuela de campo de la zona de Crucecitas.

Desde 2016 es miembro activo del espacio Líderes Latinoamericanos Redes Integradas de Servicios de Salud por la Universidad Issalud.

Puso en vigencia en la provincia el protocolo de abortos no punibles en línea con el fallo FAL de la Corte Suprema de Justicia, lo que le mereció una solicitada oscurantista por haber avanzado con la normativa. La misma contaba con las rúbricas de los entonces diputados Gustavo Guzmán (PJ); María Alejandra Viola (UCR); Joaquín La Madrid y Martín Anguiano (PRO).

Su posición ante el debate por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo tiene un recorrido en la gestión estatal. La ministra fue referente provincial en salud reproductiva, miembro del equipo técnico en el área obstétrica del San Roque y coordinadora del Plan Nacer. El profesionalismo y la ciencia estuvieron siempre por encima de las creencias religiosas que escuchó en aulas en su paso por el Instituto Nuestra Señora de Huerto de Nogoyá.

La ola verde encontró a Velázquez en el lugar adecuado. Cuando se inició el debate por el aborto, en 2018, dijo: “No puede usarse como una cortina de humo; la ciudadanía está atravesada por la hipocresía; el aborto por los medios privados existe”.

La ministra reestructuró la orgánica con personal de carrera. Como pilar sumó a Guillermo Zanuttini, que se desempeña como subsecretario de Redes Integradas de Servicios de Salud. Se trata de un pediatra con posgrados en temas de salud comunitaria, planificación y administración de salud. Lo que sería, para su jefa, del palo.

Los días tienen a Velázquez en la primera línea de la trinchera, al frente del Comité de Emergencia Sanitaria, creado el 2 de marzo. Con historia en el Estado y una vocación por lo comunitario que irradian tranquilidad.

Cuarta nota de una serie de perfiles que Página Política irá publicando en un espacio llamado “En foco”.



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