Parece que fue hace un mes, pero apenas una semana atrás, el viernes 2 de frebreo, se aprobaba en general la Ley Ómnibus, con el voto de todos los diputados entrerrianos de Juntos por Entre Ríos.
Rogelio Frigerio podía exhibir en ese momento que su provincia había quedado dentro de los distritos del país que le aportaban gobernabilidad al presidente Javier Milei. Es que la mayoría de los diputados entrerrianos había acompañado la votación en general de la Ley Ómnibus, en una relación de 5 a 4: los peronistas se opusieron y los demás acompañaron.
Ya entonces estaba claro que las diferencias entre los “dialoguistas” de Juntos por Entre Ríos aparecerían el martes, cuando comenzara la votación en particular.
Se esperaba que los tres diputados radicales, Atilio Benedetti, Pedro Galimberti y Marcela Ántola y hasta el propio Francisco Morchio, del PRO y el más cercano a Frigerio, marcaran matices en la votación en particular. Aunque más no sea en algunos incisos que afectaban intereses de la provincia.
Y así fue. Morchio votó en contra sólo en tres incisos que afectaban los fondos fiduciarios vinculados a Entre Ríos. Y Benedetti, el diputado radical por Entre Ríos que mayores coincidencias ideológicas posee con la orientación general del gobierno de Milei llegó a votar solo, junto al diputado entrerriano de La Libertad Avanza Beltrán Benedit.
Sin embargo, Morchio, Benedetti, Galimberti y Antola fueron incluidos en la lista de los “traidores” al gobierno que votaron “contra del pueblo” y provocaron la, para muchos inesperada, caída de la Ley Ómnibus el día martes a la tarde.
Ese mismo martes, pero en horas de la mañana, Frigerio había dado una conferencia de prensa en la que aseguró algo de un gran sentido común: que sus diputados no votarían delegaciones de facultades que afecten los intereses de la provincia. Y ratificó sus coincidencias con las líneas generales del gobierno de Milei al mostrarse a favor de las privatizaciones de algunas empresas públicas que “no sabemos bien en qué contribuyen al bienestar de la gente” pero “se llevan gran parte del déficit fiscal y del esfuerzo de los contribuyentes”.
En esa rueda de prensa, que se extendió mucho más que las anteriores que había ofrecido Frigerio desde que está al frente del gobierno provincial, el mandatario informó que “en casi 60 días de gestión no recibimos ni un peso del gobierno nacional, en términos del subsidio al transporte”.
Contó que había diagramado una mesa de emergencia con los intendentes de localidades con mayor caudal de transporte público para intentar resolver el tema. “Para que la tarifa no refleje todos los costos del transporte, tendrá un subsidio por parte del Estado, con un esfuerzo provincial y municipal, para compensar por un mes la falta de aportes nacionales”, explicó.
Y luego aclaró: “Será por un mes porque Nación se pondría al día, a partir de fines de febrero, con la transferencia de recursos para el subsidio al transporte”.
Eso dijo Frigerio el martes. Dos días después, Milei incumplió su promesa. El ministro de Economía, Luis Caputo anunció que se terminaba el Fondo Compensador del Interior, que aporta más de 100 mil millones de pesos a las provincias para el subsidio del transporte de pasajeros.
Parece que fue hace un mes. Pero todo ocurrió en una semana. La tensión entre la Nación y las provincias para repartir el peso del ajuste escaló a su punto más alto.
Milei castigó a los “traidores” con recortes que poseen un alto impacto en la población, como el retiro del subsidio a los colectivos y también la suspensión del giro del Fondo Nacional de Incentivo Docente, cuando faltan poco más de dos semanas para el inicio de clases y Frigerio se esfuerza por cerrar paritarias con los docentes y poner en condiciones las escuelas. Hasta obtuvo la colaboración de la mayoría peronista en el Senado para realizar contrataciones en forma directa destinadas a refacciones edilicias.
En Juntos por Entre Ríos, algunos dirigentes se preguntan cual es el verdadero interés de Milei. Recuerdan la amenaza de Caputo, antes de que se vote la Ley Ómnibus cuando, a fines de enero, dijo que había definido “todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado” y el trascendido de que el Presidente había dicho en una reunión de gabinete que pretendía “fundir” a las provincias. En enero, Entre Ríos no recibió un solo peso en concepto de transferencias no automáticas.
Esta semana, Milei tensa la cuerda y castiga a todas las provincias por igual, quizá sin advertir del todo que pone en riesgo su propia gobernabilidad. Algo de esto debe estar viendo Patricia Bullrich, que imagina alternativas para que el PRO gane más espacios dentro del gobierno nacional.
Pero Frigerio no está en los primeros lugares de la lista negra de la Casa Rosada, donde destacan el santafesino Maximiliano Pullaro y el cordobés Martín Llaryora, como dos de los supuestos “traidores” que impidieron la aprobación de la ley ómnibus en Diputados.
Un poco por eso, otro poco porque ha sido su estilo de hacer política, Frigerio guarda silencio público.
Fuente: Página Política
