Más desorientado que radical de Paraná intentando descifrar dónde quedó el radicalismo de la ciudad tras el cierre de listas del fin de semana.
Con un poco de suerte, el afiliado radical habrá oído o leído que la diputada Lucía Varisco, hija del recientemente fallecido ex intendente Sergio Varisco, se anotó como candidata. Sólo eso. Es posible que algunos sepan que no va por la UCR sino por el partido Fe, una fuerza que inicialmente integró Cambiemos, pero que no es parte en esta etapa de Juntos por Entre Ríos, y con la que su padre supo tejer vínculos a través del dueño del sello, el desaparecido Gerónimo Momo Venegas, mandamás de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre). O sea, para votar Varisco hay que votar en contra de la UCR.
Algún otro habrá escuchado o leído que también se anotó para diputado otro nombre histórico del varisquismo, el ex concejal Carlos González, que ya había advertido de sus intenciones a fines de 2020, tras su pelea con Varisco. Pero González va por adentro y disputará la interna a las listas que encabezan Rogelio Frigerio y Pedro Galimberti. Deben ser pocos los radicales que saben de la postulación de González. Muchos hombres y mujeres de la política se enteraron recién el lunes de la existencia de esta lista.
Esos son los dos únicos candidatos radicales de Paraná. Una compite en contra de la UCR y el otro juega la interna con lo que a todas luces aparece como una alternativa testimonial. Los dos son del Movimiento de Unidad Radical (MUR), o lo eran, es decir lo que quedó de la organización política más importante que tuvo la UCR de la capital desde el regreso de la democracia en 1983 y que comenzó su desmembramiento mucho antes de que Sergio Varisco dejara el poder en diciembre de 2019.
La ciudad capital siempre fue el principal distrito de la UCR entrerriana. La UCR es (dicho por Frigerio) la “columna vertebral” de Juntos por Entre Ríos. El problema entonces no se limita a la UCR de Paraná, lo tiene el conjunto de la coalición opositora. Por algo es que ninguna de las dos listas principales de la interna, que encabezan Frigerio y Galimberti, llevó un solo candidato de Paraná. Elegir a un nombre de uno de los grupos hubiera representado más pérdidas que ganancias.
La pregunta es cómo van a votar los radicales de Paraná. Se presume que una parte del varisquismo residual y quizá alguno movido por el apellido votará a la hija de Sergio Varisco ¿aún si eso significa votar en contra de la UCR? ¿Cuánto de ese voto varisquista se podrá llevar González?
Pero allí no se agota lo que fue el varisquismo. Hay que recordar que dos concejales electos por las listas de este sector, Walter Rolandelli y Francisco Avero trabajan ahora para el proyecto municipal del dirigente del PRO, Emanuel Gainza. Y que el diputado Eduardo Solari, que fuera una primera espada política de Varisco en su última gestión, apoya la lista de Frigerio.
Grupos como el FRI de Roberto Sabbioni, o Bases Radicales (Ricardo Gutiérrez), dos esquirlas del estallido del varisquismo, quedaron en este cierre de listas sin referencia. Junto a la Lirer (Enrique Carbó) y la corriente 26 de Julio habían anunciado la integración de una mesa de coordinación de la campaña de Galimberti en Paraná que nunca se conformó.
Sólo la Lirer y un sector de la 26 de Julio terminaron dando su apoyo a Galimberti. Hubo malestar por el modo en que el intendente de Chajarí se cortaba solo en sus recorridas por el territorio sin cuidar de sus anfitriones.
También le cuestionan su armado “cerrado”. Los primeros cuatro lugares de la lista de Galimberti son ocupados por una dirigente de PRO, Mariana Salinas (del sector de Concordia de Roberto Niez) y tres radicales de Construir: Galimberti, Darío Schneider y Flavia Pamberger. “Quedó muy lejos de la idea original de representar al 80 o 70% del radicalismo, que era para lo que estábamos trabajando. Son solo un sector”, valoró un dirigente de Paraná.
Si este dirigente se da vuelta y mira la lista de Frigerio se encuentra con una propuesta que expresa, ante todo, un acuerdo del ex ministro de Mauricio Macri con Martín Lousteau, encarnado en Marcela Antola, una candidata desconocida para el afiliado radical, más allá de Gualeguay, la ciudad de la que es concejal, más la “figura repetida” de Atilio Benedetti representando el apoyo de “una parte” de la corriente Illia.
El proyecto original de Construir apuntaba a armar una “lista radical” para “ponerle freno” a Frigerio en su desembarco electoral en Entre Ríos. Sabían que era difícil ganarle, pero proponían sumar músculo político para que la UCR no quedara relegada en el armado para 2023.
Terminó siendo la lista de Construir (de lo que quedó del grupo original tras el pase de algunos intendentes al sector de Frigerio) sin agregados de otros sectores internos de la UCR, más el PRO disidente de Roberto Niez ocupando el lugar 2 de la lista, que pasó a ser expectante cuando se prestó atención a las posibilidades que ofrecían las reglas de juego del frente para la representación de minorías, combinadas con la paridad de género.
Juntar votos para que a Galimberti le vaya muy bien (digamos que supere el 35%) implicaría que la candidata del PRO se sume a la lista de Frigerio en el segundo lugar y el radicalismo termine yendo a las elecciones de noviembre con un solo candidato en el tercer puesto, como explicó Página Política en esta nota:
El desorientado militante radical de Paraná podría ir al partido en busca de respuestas. Se va a encontrar con que el presidente del Comité Provincial (Jorge Monge, de la Illia) y el presidente del Comité Capital (Ramiro Pereira, de Evolución-Lousteau) están con Frigerio.
Fuente: Página Política
