La interna nacional de la UCR ardió este lunes y fue noticia por el enfrentamiento entre Martín Lousteau y Gerardo Morales, que casi se va a las manos. Es parte de una escalada que en los últimos días se expresó en la derrota de los radicales porteños en la Juventud Radical y el quiebre del bloque de diputados nacionales; y que tendrá una pelea de fondo en diez días, cuando se renueve el Comité Nacional.
Pero ¿cómo juega la UCR de Entre Ríos en esta disputa interna nacional?
Si se mira lo que pasó en las elecciones del 14 de noviembre, se podría caer en el error de afirmar que en Entre Ríos el sector de Lousteau tiene un alto predicamento dentro del radicalismo. Es que la primera candidatura radical en la lista de JxC, que encabezó Rogelio Frigerio y se impuso por amplio margen, fue ocupada por Marcela Ántola, que es parte de Evolución, la línea nacional que conduce Lousteau.
Ántola expresa el acuerdo más importante que, por cómo se dieron los hechos, terminó cerrando Frigerio con el radicalismo entrerriano.
El ex ministro de Mauricio Macri comenzó a recorrer la provincia en febrero de este año con una idea: acordar una lista única con los dos grupos mayoritarios de la UCR. Lo consiguió con Atilio Benedetti, líder de la corriente Illia. Pero no pudo con Construir: el grupo que lideran los intendentes Pedro Galimberti (Chajarí) y Darío Schneider (Crespo) no aceptó llevar una mujer en el segundo lugar de la lista y le dio la interna.
A los intendentes les fue muy bien en las PASO. Mucho más de lo que esperaban Frigerio y Benedetti. Tanto, que los votos le sobraron a Galimberti para desplazar del tercer lugar de la lista a Benedetti. El diputado saliente y hombre con mayor imagen pública del UCR entrerriana, con el que Frigerio apostó a cerrar la interna de JxER, quedó relegado al quinto lugar.
Aquel acuerdo inicial que imaginaba Frigerio terminó muy desdibujado: perdió a Benedetti dentro de los primeros lugares; incorporó a la lista a los intendentes, pero como un grupo que le desafía su conducción hacia 2023 y con el que, por lo menos, tendrá que negociar; y el segundo lugar que había previsto para Construir terminó siendo definido por Lousteau. Es decir, por un dirigente del radicalismo porteño, con poco predicamento en Entre Ríos y que tiene un acuerdo en la ciudad de Buenos Aires con el alcalde del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, a quien Frigerio promueve para la presidencia de la Nación.
Aunque no pudo evitar la interna, Frigerio logró debilitar la idea original de armado electoral que tenían los intendentes que lo desafiaban y terminó consiguiendo un amplio apoyo de dirigentes radicales.
Pero una cosa es el respaldo que recibió Frigerio de una parte muy importante de la dirigencia de la UCR provincial y otra la alineación nacional de la dirigencia radical entrerriana. En la mayoría de los casos no coincide una cosa con la otra.
Referencias
Los grupos mayoritarios de la UCR (aquellos con los que Frigerio buscaba acordar para evitar la interna) quieren para 2023 un presidente radical. O están enrolados en el sector de Morales o, por lo menos, no acompañan a Lousteau y miran con recelo el acuerdo que el radical porteño tiene con Larreta y que explica su entendimiento con Frigerio, expresado en la candidatura de Ántola.
Cuando fue presentada como candidata, Ántola era muy poco conocida en Entre Ríos. Carecía de vuelo político propio y no se le conocían ambiciones fuera de su pago chico, Gualeguay. Y en la campaña electoral no dio signos de pretender protagonismo. Pero ocupó la candidatura radical más importante en la lista de Frigerio, entre otras cosas debido a la legislación que obliga a intercalar postulaciones de distinto sexo.
Sin embargo, antes de empezar, Ántola fue la diputada electa por Entre Ríos que adquirió mayor protagonismo, como parte de la docena de legisladores que produjeron el quiebre de la UCR en el Congreso.
Pero Evolución no es un grupo con peso en la UCR entrerriana. Tiene algunas referencias que sobresalen, como el intendente de La Paz, Bruno Sarubi y ocupa la presidencia del radicalismo de Paraná, con Ramiro Pereira, fruto de una interna opaca y poco participativa, que se dio en medio de una gran dispersión del radicalismo de la capital provincial, tras la caída del varisquismo.
La dirigencia de las líneas con más peso de la UCR, que controlan el Comité Provincial, está mayoritariamente enrolada en lo que se informalmente se llama “radicalismo federal” o “del interior”, por oposición al “radicalismo porteño” de Lousteau, Emiliano Yacobitti y Enrique Nosiglia, que tiene algunos socios destacados en el interior, como el cordobés Rodrigo de Loredo, que presidirá el bloque de los 12 radicales rupturistas.
Los vínculos de Galimberti, Benedetti, Gustavo Cusinato, Fabián Rogel, Jorge Lacoste -por nombrar sólo algunas de las figuras más conocidas que pertenecen a distintos agrupamientos de la UCR entrerriana- son fuertes y llevan muchos años con figuras como Morales, Mario Negri, Gustavo Valdés.
De allí que no sorprenda que Morales tenga el apoyo mayoritario de los delegados entrerrianos al Comité Nacional de la UCR, que el viernes 17 de diciembre reunirá al plenario constitutivo del partido para la elección de sus autoridades, periodo 2021-2023.
Cada provincia tiene cuatro representantes. Los entrerrianos son Bruno Sarubi, Gabriela Lena, Atilio Benedetti y Silvia Urruzola.
Sarubi, como se dijo, está con Lousteau. A los tres restantes se los cuenta con Morales: Lena y Benedetti son parte de la corriente Illia y habitualmente han sostenido idénticos posicionamientos internos; Urruzola está alineada con Galimberti, que tempranamente (y con la libertad que le dio enfrentar a Frigerio) acompañó a la dirigencia nacional de la UCR que planteó, tras las PASO de septiembre, disputar la candidatura a presidente de la nación dentro de JxC.
Los votos que consiguió retener Negri para continuar en la presidencia del bloque de diputados nacionales (y que derivó en la fractura de parte del sector de Lousteau), más el triunfo del bloque federal en el plenario para elegir la nueva conducción nacional de la Juventud Radical (tras casi dos décadas de hegemonía del sector de Yacobitti), son vistos por muchos como una anticipo de lo que ocurrirá el 17 de diciembre.
Fuente: Página Política