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Interna UCR

Construir aspira a ser la nueva hegemonía

El nuevo grupo de intendentes van por todo en la interna radical. Quieren controlar el Comité Provincial y el Congreso partidario. Se presentan como un espacio de renovación generacional, con presencia territorial, militancia y vocación de poder. Apuntan a desplazar a la corriente Illia, que dominó la UCR en la última década.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

La UCR debía renovar su conducción partidaria el año pasado. Pero, por la pandemia, la interna se postergó para el 18 de abril. En el medio, hacia fin de 2020, ocurrió la principal novedad en la escena radical de los últimos años: casi la totalidad de los intendentes radicales, junto a algunos legisladores y dirigentes, dieron forma a una nueva línea interna que llamaron Construir.

La interna partidaria estará signada por la irrupción de este nuevo grupo que se presenta como un espacio de renovación generacional, con presencia territorial, experiencia de gestión y vocación de poder. Una retahíla de activos políticos que son reconocidos, incluso, por dirigentes que no forman parte del espacio.

La contracara de tanta virtud, pasa por las dudas sobre el modo en que terminarán decantándose los liderazgos en un espacio nuevo, en formación, donde conviven dos aspirantes a la gobernación (Pedro Galimberti y Darío Schneider) dentro de un grupo dominado por la presencia de intendentes que tienen una buena relación con el jefe del PRO, Rogelio Frigerio. Muchos de ellos, sin reelección en 2023.

De hecho, se podría decir que los intendentes terminaron haciendo caso al consejo que les dio Frigerio en el anterior período de gobierno, cuando los frecuentaba como ministro del Interior: que se organicen como línea política provincial para ganar peso de negociación en la interna radical.

Las relaciones con Frigerio son buenas, pero es parte esencial de la “vocación de poder” de la que se jactan sostener la bandera de darle pelea interna. En última instancia, evalúan que lo que el candidato de PRO podría ofrecer en un acuerdo es el piso de lo que el radicalismo podría ganar por peso propio en una interna.

 

Por todo

A una semana del cierre de listas, la vocación mayoritaria dentro del radicalismo es evitar las elecciones del 18 de abril. Pero, como en todo proceso de este tipo, no asoma con claridad por dónde podría pasar el consenso para renovar la conducción del principal partido de la oposición de Entre Ríos.

Para afuera, todos entonan la misma melodía de unidad. Afirman que nadie está siendo excluido de los diálogos, porque nadie puede quedar afuera, ya que esa es la mejor manera de que el partido se fortaleza y  gane peso dentro de Juntos por el Cambio, donde Frigerio emerge como la figura electoral más competitiva.

Pero en los diálogos privados se percibe cierto desconcierto y hasta algún malestar  por el avance de lo que llaman “el grupo de los intendentes” para quedarse con el control absoluto del partido. Esto es, con la presidencia del Comité Provincial (suenan los nombres de los diputados Uriel Brupbacher y Julián Maneiro) y del Congreso partidario. “Están muy envalentonados, se dicen lo nuevo y al parecer han tomado la decisión de decirle que no a todo lo que consideran viejo”, describió, con cierta sorpresa, un curtido armador del radicalismo.

Así dicho, daría la impresión de que Construir ha seguido al pie de la letra aquel consejo de Frigerio que, traducido, sería: deben convertirse en la nueva corriente Illia, el espacio que dominó la interna radical en la última década y que puso la mayoría de los candidatos en cada elección, entre otras cosas, por su buena llegada a la conducción nacional de la UCR.  Fue con la Illia de Atilio Benedetti con la que Frigerio cerró los principales acuerdos electorales de estos años. Incluso cuando la UCR no llevó candidato a gobernador, en 2015,  la Illia se quedó con el  80 por ciento de los diputados provinciales.

 

El contrincante

La Illia también ha manifestado su vocación de presidir el partido, luego de resignar ese cargo en dos períodos para un intendente (primero fue Galimberti y luego Leandro Arribalzaga). Pero en esos acuerdos, se reservaron la presidencia del Congreso de la UCR y buscaron asegurarse el control del máximo órgano partidario en los cierres distritales para el armado de las listas de congresales, sobre todo del interior, donde siempre tuvieron mayor predominio.

Por ahí pasará en buena medida la puja interna de este proceso. Quien controla el Congreso radical tiene la llave para aprobar las definiciones electorales más importantes.

La pulseada principal al interior de la UCR es con la corriente Illia. En particular para algunas franjas de dirigentes de Construir que estuvieron históricamente enfrentados con el grupo dominante del partido. Allí observan un desgaste de la línea de Benedetti, derivado de sus derrotas como postulante a la gobernación en 2011 y 2019. “Ellos están para discutir cargos legislativos y nosotros apuntamos a los cargos ejecutivos, porque queremos cambiar de verdad las cosas”, asegura un dirigente del espacio de los intendentes. “Quedaron jugando en la cancha chica y con el tiempo se han convertido en dirigentes sin militantes”, acota.

La percepción se refuerza con el hecho de que Benedetti no ha dicho aún si volverá a intentarlo en 2023. Tampoco emergió otro dirigente de la Illia con aspiraciones. Por ahora, los dos únicos postulantes a la gobernación de la UCR están en Construir.

Otro dirigente de Construir, fue un poco más allá. Valoró la presencia, en el plenario que se reunió en Colón el sábado pasado, de la diputada Gracia Jaroslavsky, que ha sido aliada de Benedetti. Aseguró que reciben consultas de “gente que ha estado toda la vida con Atilio” y que hasta hay algún referente de la primera línea de la Illia que “está espiando por arriba del tapial”.

Fuente: Página Política
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