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Frigerio sigue evitando las movilizaciones

La campaña para las generales continúa el estilo que adoptó la lista de Frigerio para las PASO. El acto de lanzamiento en la capital provincial fue concebido para apenas 300 personas. Desde la organización, se argumentaron razones de protocolo sanitario y la necesidad de “dar el ejemplo”. Las movilizaciones y el folclore militante llegarían recién para el cierre. Desconfianzas de la interna.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

No se notó el cambio entre la interna y la general. En la campaña para el 14 de noviembre se registra una continuidad del “estilo PRO” que siguió la lista de Rogelio Frigerio para las PASO del 12 de septiembre: muchas visitas a distintas instituciones, empresas y vecinos y alguna conferencia de prensa. Siempre con poca gente y actos magros de expresión militante.

La incorporación a la lista del radical Pedro Galimberti no cambió las cosas. Aunque su gente se sumó a las mesas de campaña, la última palabra y en general la agenda es manejada por el vencedor de la interna. La consecuencia es que, al menos hasta ahora, no se vio junto a Frigerio y Galimberti a los militantes que con sus banderas, bombos y trompetas, le ponían color e identidad partidaria a los actos para la interna que encabezaba el intendente radical.

La campaña se retomó el jueves 30 de septiembre. Pero el acto de lanzamiento fue recién este 14 de octubre, en el club Peñarol de Paraná, un mes antes de las elecciones.

La noticia de color fue el vendaval que interrumpió el discurso de cierre de Frigerio, que no pudo desarrollar por más de cinco minutos. Por tratarse de un acto de lanzamiento de campaña, lo que se vio dejó sabor a poco. No sólo por la cantidad de gente (no hubo movilización) sino por la ausencia de expresiones del folclore y entusiasmo militante. La foto del acto que ilustra esta nota es elocuente: sólo se ve a dirigentes y a banderas argentinas, sin identidad partidaria.

Hubo una decisión de montar un acto concebido para sólo 300 personas, fundada en razones de protocolo sanitario. “Nos preocupamos por mantener las normas de seguridad por mantener un orden estricto en la cantidad de gente, a modo de ejemplo que tenemos que dar”, explicó Gustavo Hein, coordinador en Paraná de la campaña de Juntos por Entre Ríos.

Consultado por Página Política, el diputado nacional dijo que “se van a evaluar acciones que puedan llegar a la militancia que quiera tener un cara a cara con los candidatos”. Sería un acto en noviembre, ya como cierre de campaña, en Paraná, Concordia o el centro de la provincia.

“Creemos que es importante para la militancia y una manera de incluirla en algunas acciones. Es bueno mantener la mística, porque el microclima político también necesita ese gesto con los candidatos. Pero tenemos que entender el contexto. Aunque sabemos que los estadios ya están habilitados, que los recitales van a empezar, también sabemos que la gente nos está pidiendo a nosotros que demos el ejemplo”, insistió el dirigente del PRO, alineado con Frigerio desde la primera hora.

Como ex intendente de Basavilbaso (el primer jefe comunal que tuvo el PRO de Entre Ríos), Hein mantiene una buena relación con quienes fueron sus colegas cuando Frigerio era ministro del Interior. Desde ese lugar, asegura que la integración del sector de Galimberti y Darío Schneider a la campaña es plena.

 

Desconfianzas

Sin embargo, en el grupo de los intendentes algunos observan con cierto recelo esta continuidad de lo que llaman el “modo PRO” de campaña. Los más mal pensados, interpretan que Frigerio no quiere actos de campaña para no mostrar a Galimberti, su competidor radical por la gobernación.

Nadie oculta –ni los propios candidatos en sus discursos–  que esta elección es ante todo un escalón para 2023. La principal debilidad de Galimberti ha sido su desconocimiento y una campaña como esta, al lado de Frigerio, le otorga visibilidad. Los actos políticos, que naturalmente deben tener a Galimberti y Frigerio como principales oradores, son una vidriera especial, que permite cotejar discursos, propuestas y estilos.

Galimberti podría contar con una hinchada especial en un acto con presencia de militantes como el que se produjo en el club Echagüe para el cierre de la interna. Pero esa hinchada rojo y blanca se vería obligada también a acompañar a Frigerio. Lo contrario sería un papelón, un gol en contra que estaría confirmando desconfianzas sobre el acompañamiento de Galimberti, algo que el propio radical quiere aventar para no quedar mal parado ante el electorado de JxER con vista a 2023.

En definitiva, y con independencia de las recíprocas sospechas,  un acto tradicional con militancia radical alentando al candidato del PRO con bombos, trompetas y banderas es una imagen que todavía le falta al hombre que viene de legitimar en las urnas su claro liderazgo dentro de Cambiemos de Entre Ríos desde 2015.

 

Otra cosa

Los cuidados por la pandemia que signaron la campaña durante todo este año (Frigerio arrancó en febrero), son un buen argumento y vienen bien para sostener un estilo de campaña que tiene como trasfondo una idea constitutiva del PRO: somos lo nuevo y no tenemos nada que ver con la vieja política.

Fue por eso que Mauricio Macri hizo en mayo de 2015, como candidato a presidente, una cosa tan extraña como una caminata sin gente en Paraná. Una muestra de lo que después llamarían “timbreo”. Lo de aquella vez fue, ante todo, un montaje visual para subir a las redes, que Página Política registró en exclusiva en la siguiente crónica:

Lo más curioso de aquella actividad fue la participación de Sergio Varisco, un líder radical que podría haberle garantizado un marco de movilización muy importante al candidato a presidente.

Pero, asesorado por Marcos Peña y Jaime Durán Barba, Macri quería separarse de lo “viejo”. Cambió las campañas tradicionales por los timbreos y las redes. Y, ya en el poder, gobernó solo desde el PRO, con la “vieja” UCR limitada a un rol de socio parlamentario.

Frigerio, el adversario interno de Peña en el gabinete, pensaba y piensa otra cosa. Siempre defendió la idea de un gobierno de coalición más amplio, que incluya también al peronismo. Tanto, que desde el macrismo lo terminaron acusando de usar su cargo para construir poder con gobernadores peronistas, entre los que se contó a Gustavo Bordet.

En 2019, para su reelección, Macri varió su criterio original. Formó fórmula con un peronista (Miguel Pichetto) y modificó el nombre del frente, de Cambiemos a Juntos por el Cambio. Tras la derrota en las PASO, apeló a medidas por él mismo tachadas de «populistas». Aumentó el salario mínimo y el piso del impuesto a las ganancias, congeló el precio de la nafta, dio bonos sociales especiales, moratoria para pymes, bonos para empleados públicos. Inyectó mucha “platita”. Y, para completarla, el fundador del PRO abrazó las formas de las campañas electorales tradicionales, con el lanzamiento de la marcha del Si se puede por distintas ciudades del país, incluida Paraná.

 

No logró dar vuelta la elección, pero descontó varios puntos y consolidó a JxC como una fuerza de centro derecha capaz de conservar un piso del 40% de los votos.

A pesar de que desde un inicio marcó diferencias con aquel criterio de Peña  -en tanto su objetivo ha sido y es sumar todo el peronismo posible-  Frigerio se termina pareciendo al ex jefe de gabinete de Macri cuando sigue prefiriendo una campaña sin movilización y fiesta militante, banderas, bombos y todo lo que se asocie al círculo de la política tradicional.

La gran diferencia con el Macri 2019 es que Frigerio no necesita dar vuelta ninguna elección.

Los que trabajan para Frigerio

La Mesa que Gustavo Hein encabeza en Paraná para coordinar la campaña de JxER está integrada por representantes de distintos sectores internos de los cuatro partidos que conforman la coalición –UCR, PRO, GEN y MSE– más un conjunto de agrupaciones políticas que contiene a peronistas (algunos alineados con Miguel Pichetto, otros con Juan Manuel Urtubey); socialistas aliados al PRO; liberales de Recrear (López Murphy) y desarrollistas del MID.

También hay sindicalistas, vecinalistas y un grupo de retirados de fuerzas de seguridad (gendarmes, policía, prefectos, aeronáuticos) que se denomina Camaradas en Acción.

El heterogéneo grupo se completa con dos espacios vinculados con el voto celeste, como los evangélicos del partido UNO, y los llamados Demócratas, un espacio político en formación que lidera el médico César Pazo, un ferviente militante católico en contra del aborto.

Fuente: Página Política
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