
Según como se mire, la participación de la UCR en el próximo gobierno puede no ser lo importante que muchos radicales imaginaban cuando dieron su apoyo a Rogelio Frigerio para la gobernación, convencidos de que el extrapartidario era el candidato más competitivo dentro de la coalición para desalojar al peronismo de la Casa de Gobierno que en Entre Ríos ocupa en forma consecutiva desde 2003.
Aún resta llenar varios casilleros en entes descentralizados y segundas líneas de la orgánica gubernamental, pero el rápido repaso de la primera fila del gabinete de Frigerio permite afirmar que no se tratará de un gobierno en el que la UCR ostente un protagonismo central, acorde con la importancia que dentro de la coalición electoral tiene el desarrollo territorial del centenario partido.
Es que Frigerio optó por el armado de un gobierno con dirigentes de distintas extracciones partidarias. No es lo mismo que un gobierno conformado por la integración de partidos o espacios políticos.
El mejor ejemplo en este sentido es la elección de su compañera de fórmula, Alicia Aluani. La vicegobernadora electa es una afiliada a la UCR que no surgió de un consenso del partido; no hubo un congreso del radicalismo que le hubiera ofrecido la compañera de fórmula a Frigerio. Ese no fue el criterio -ni ahora, ni en 2021, ni en 2015- con el que Frigerio actuó a lo largo de estos años como armador de Cambiemos, Juntos por el Cambio y Juntos por Entre Ríos. Y así lo aceptó la dirigencia radical que se fue sumando, cada vez en mayor número, a las filas del líder del PRO.
Aluani, no obstante, pertenece a un sector del radicalismo que lidera quien preside la UCR, Fuad Sosa. Pero Sosa está en ese cargo partidario como fruto de un consenso entre los sectores de la UCR que jugaron con Frigerio y no porque lidere el grupo dominante en la UCR. En los hechos, Sosa ha pesado más a lo largo de los años como líder de la Asociación del Poder Legislativo de Entre Ríos. Esa pertenencia ha generado algunos entredichos en el armado oficialista de la Legislatura, de los que dio cuenta Página Política:
Si se mira la integración del gabinete a la luz de la última interna radical, es interesante observar cómo el premio mayor se lo lleva Darío Schneider, que había encabezado la lista de los radicales que enfrentaban a Frigerio y planteaban que la UCR debía llevar el candidato a gobernador de Juntos por Entre Ríos, cargo para el que proponían a Pedro Galimberti.
Parece que pasó un siglo, pero a mitad de abril los radicales de Entre Ríos protagonizaron una de las internas partidarias más interesantes de la última década, porque al inicio del año electoral se plebiscitaba el apoyo que tenía Frigerio entre la dirigencia del partido más importante de Juntos por Entre Ríos. El triunfo de Sosa legitimó a Frigerio. Pero la muy buena elección de Schneider reveló que la UCR estaba divida en dos partes similares en la provincia y que no había un sector que dominara con contundencia la escena partidaria.
Ocho meses después, Schneider lleva al Ministerio de Infraestructura y Servicios del gobierno de Frigerio a buena parte de sus colaboradores en la exitosa intendencia de Crespo. Y un armador político de su espacio, como el diputado Julián Maneiro será el encargado, desde la secretaría de Asuntos Políticos, de comandar la reforma política que la coalición viene prometiendo hace años.
Se podría decir que Crespo fue uno de los que más cobró dentro del radicalismo en el armado del gabinete.
Pero la inclusión de este sector del radicalismo no respondió puramente a una lógica de cierre interno. Es verdad que el anuncio de Schneider como ministro, formulado por Frigerio en el último tramo de campaña, buscó contener el voto a Galimberti en las PASO. Pero Schneider nunca hubiera ocupado un lugar tan significativo si no fuese porque desde la Municipalidad de Crespo se reveló como un gestor eficiente, innovador y transparente. Así fue reconocido por los propios radicales que lo enfrentaron en la interna.
La estructuración del gobierno de Frigerio no responde a un acuerdo de partidos o espacios políticos. Hay una cuota de eso, como en todo armado político, pero no es lo central. La primera impresión que dejó la presentación del gabinete es que pesó la formación y experiencia tanto o más que la representación política de los funcionarios.
A cobrar
En la interna de la interna, no obstante, siempre habrá lugar para evaluaciones sobre cuál fue la estrategia más eficaz en la UCR: acompañar o enfrentar a Frigerio. Más allá de esta lectura que entretiene a los radicales, no hay que perder de vista que el sector de Galimberti no alcanzó a juntar los votos necesarios como para llevar candidatos por la minoría en la lista de diputados. Todos los radicales que van a la Cámara Baja jugaron con Sosa en la interna de la UCR de abril y son los que acompañaron a Frigerio en las PASO de agosto.
La integración en el gabinete de los radicales que militaron para Galimberti viene a aportar, entonces, equilibrio interno en el apoyo del partido mayoritario de Juntos por Entre Ríos a una gestión que se estrenará en un escenario nacional inédito e incierto para el financiamiento de las provincias, tanto por los recortes en impuestos coparticipables (IVA y Ganancias) que deja como herencia el último tramo del peronismo en campaña, como por las señales imprecisas que el futuro Presidente emite en este sentido.
La cohesión de Juntos por Entre Ríos es clave para Frigerio, en particular cuando la coalición se desarma en el orden nacional a raíz del desembarco de Mauricio Macri y Patricia Bullrich en el gobierno que arma Javier Milei. Ayer mismo hubo una puesta en escena de ese quiebre en la tensa reunión que protagonizaron los gobernadores electos de JxC que quieren ser oposición a Milei y los legisladores que pretenden cogobernar con el libertario. Por Entre Ríos, casi todos los legisladores nacionales de JxC están en línea con Frigerio.
El sector que en las PASO propuso a Galimberti estuvo muy lejos de alcanzar la minoría. Juntó menos de la mitad que en la interna de 2021. Pero los 57 mil votos que reunió en agosto constituyeron un caudal electoral que resultó clave para el triunfo de Frigerio sobre Adán Bahl en octubre, por apenas 17 mil votos.
A pesar de los enconos que produjo el cierre de listas de junio, con la exclusividad del pegado de boletas que obtuvo Frigerio con las dos fórmulas presidenciales de JxC para las PASO, los adversario internos del radicalismo juntaron votos para Frigerio en octubre. Y ahora cobraron.
Fuente: Página Política