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¿Qué se discute en la interna de Juntos por Entre Ríos?

Se anotaron tres listas para la interna. ¿Qué se pone en juego en esa pulseada? ¿Hay diferencias políticas profundas? ¿Ideológicas? ¿Se discute la relación UCR-PRO?
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

El peronismo lleva lista única. Por lo tanto, las elecciones primarias del 12 de septiembre en Entre Ríos estarán enfocadas en lo que ocurra en el principal agrupamiento opositor, donde se anotaron tres listas: una encabezada por Rogelio Frigerio (PRO), otra por Pedro Galimberti (UCR) y la restante por Carlos González (UCR).

¿Qué define esta interna? ¿Es una pelea entre liberales y socialdemócratas? ¿Desarrollistas y liberales? ¿Progresistas y conservadores?¿Halcones y palomas? ¿Pañuelos verdes y pañuelos celestes? ¿Filoperonistas y antiperonistas?

¿Se pone en juego acaso la complicada relación que han tenido la UCR y el PRO desde el nacimiento de Cambiemos en 2015? ¿O todo, a fin de cuentas, se resume en una simple puja de poder sin marco ideológico, pragmática, en la que sólo se define quién conducirá el frente opositor con miras a la pelea por la gobernación en 2023?

Esta sería una buena campaña si estas preguntas se pudieran responder en los días que restan para las PASO del 12 de septiembre. Pero, a primera vista, parece pesar más la última pregunta: quién conducirá o, para muchos, directamente cómo conducirá Frigerio que se presenta como el favorito para esta contienda electoral.

La interna de Juntos por Entre Ríos se diferencia de la que el mismo espacio político libra en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país. Allá la UCR se alineó con Facundo Manes y enfrenta al PRO. Aquí, la UCR está partida al medio y una mitad de los radicales cree que la mejor opción para conducir JxER es la principal figura del PRO entrerriano.

Encuestas en mano, Frigerio logró desde el inicio el apoyo del dirigente más conocido de la UCR, Atilio Benedetti. Y luego fue esmerilando al sector que sostiene a Galimberti, nacido a fines de 2020 por una novedosa iniciativa de intendentes del radicalismo.

Desde sus inicios, el nacimiento de Construir fue objetado por buena parte de la dirigencia radical. No creían posible que una sumatoria de caciques municipales diera como resultado una línea interna provincial, con una conducción política definida. Se los veía como una mera movida interna que buscaba subirle el precio a un grupo de intendentes que en 2023 ya no tendrían reelección y pretenderían buscar un lugar bajo el sol con el futuro candidato a gobernador. Es más, nadie olvidaba la estrecha relación que los intendentes habían tejido en su primer mandato con quien fuera en esos cuatro años el ministro del Interior de Mauricio Macri.

Aunque el espacio liderado por Galimberti (Chajarí) y su par de Crespo, Darío Schneider finalmente anotó su lista para las PASO, las fugas que el inicialmente llamado “grupo de los intendentes” sufrió en este proceso terminaron ratificando aquellas sospechas.  Al menos parcialmente. Quedó claro que no todos los intendentes tenían el mismo grado de convencimiento.

Pero ese fue sólo el remate de un proceso en el que Construir fue perdiendo su potencia inicial. El primer repliegue fue acordar la conducción del partido con el grupo hegemónico de la UCR en la última década, la corriente Illia. Quedó en un amague dar la interna como expresión de una ola renovadora en un radicalismo que viene repitiendo nombres entre su primera línea de dirigentes en los últimos 20 años. Después pusieron paños fríos a las iniciativas del congreso radical que pretendían cuestionar a los dirigentes de la UCR que integraran una lista encabezada por un dirigente de otro partido.

La lista que se anotó con el nombre de Entre Ríos Cambia quedó lejos de aquel primer objetivo que era competir en esta contienda electoral como la “lista radical”. Terminó siendo la lista de Construir, ya que a ese espacio pertenecen los tres radicales incluidos dentro de los cuatro primeros lugares de la lista: Galimberti, Schneider y Flavia Pamberger.  Construir no incorporó a otros sectores importantes de la UCR. Su principal acuerdo fue con el PRO disidente de Roberto Niez, que propuso a la mujer para el segundo lugar, Mariana Salinas, una militante de bajo perfil.

En suma, la deriva de Construir puede responder en buena medida uno de los interrogantes iniciales de esta nota: esta interna no parece poner sobre la mesa una discusión que ha sido central en Cambiemos de Entre Ríos desde 2015: la conflictiva relación entre la UCR y el PRO, que tuvo a Frigerio como figura principal.

La inscripción de González (histórico varisquista) como una alternativa marginal de la UCR dentro de la interna y la decisión de Lucía Varisco de competir por afuera, en contra de la UCR, certifican que Galimberti enfrenta a Frigerio con un respaldo radical menguado.  No sólo porque no se puede obviar a Paraná en un armado que se precie de representar al radicalismo, sino porque el varisquismo residual expresa al sector de la UCR más enfrentado a Frigerio y a otros dirigentes del PRO, a quienes acusan de haber montado una estrategia judicial para perjudicar al ya fallecido líder del espacio, Sergio Varisco. Ese voto movido por el resentimiento no irá para Galimberti.

La crisis que motivó el desmembramiento del varisquismo en la UCR de la capital provincial hizo que ni Galimberti ni Frigerio llevaran candidatos del principal distrito electoral de Entre Ríos. En el caso de Galimberti, puede pensarse incluso que evitó la confrontación que hubiera significado llevar a la hija de Varisco en su lista. En cambio, acordó el lugar 2 para el PRO, abriendo la posibilidad de que la UCR vaya a las elecciones de noviembre con un candidato detrás de dos macristas.

Si se miran las listas, cuesta encontrar respuestas a las demás preguntas iniciales de esta nota. Quizá la campaña, con un poco de suerte, pueda echar algo de luz sobre las concepciones políticas e ideológicas de los candidatos. A primera vista, por ejemplo, hay pañuelos verdes y celestes; halcones y palomas; desarrollistas y liberales entreverados en las listas.

Más sencillo resulta a esta altura observar que, tanto Frigerio como Galimberti, han buscado el apoyo de dirigentes del peronismo. Tampoco hay grandes diferencias aquí. Puede que en la campaña asome alguna discusión sobre los límites hasta los que se debe ampliar la base de sustentación política del frente con vista a 2023. Frigerio dijo desde el inicio que su voluntad es sumar todo el peronismo posible, incluso a sectores que actualmente están en el gobierno de Gustavo Bordet.

Podrá decirse que una cosa es juntar peronismo por derecha para enfrentar al kirchnerismo y otra trabajar por un nuevo perfil de alianza, con el peronismo como uno de los socios principales. Habrá que ver si este tema se mete en la campaña. Roberto Niez, el socio de Galimberti, acusa a Frigerio de haber beneficiado, desde el Ministerio del Interior, al intendente peronista de Concordia Enrique Cresto, hoy cabeza de lista del Frente de Todos.

A pesar de que Macri viene ganando en Entre Ríos desde 2015, no hay mucho macrismo duro en esta interna. Predominan las palomas.

Aunque llegó a liderar Cambiemos en Entre Ríos como delegado y armador de Macri primero y después como su ministro, Frigerio corre con la ventaja de estar enfrentado internamente con el ex presidente.  Eso le aporta plasticidad para lograr la acrobacia política de tomar distancia del fracaso económico con el que (sin pandemia) terminó el gobierno del que fue ministro en sus cuatro años.

Si de medir experiencias en la función pública se trata, Galimberti podrá exhibir que fue reelecto en la intendencia de Chajarí con el mayor porcentaje de la provincia, aunque resulte forzado comparar una cosa con la otra.

En todo caso, la campaña puede ser una oportunidad para Frigerio de explicar en qué no estuvo de acuerdo con el gobierno de Macri, que fue un gobierno del PRO, sin peso de radicales. Si lo acompañó hasta el final, debe ser porque las diferencias no fueron importantes. Este dato duro de la realidad será un insumo central del peronismo para ir contra Frigerio, de aquí a 2023.

 

Fuente: Página Política
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