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Urribarri, Busti y la cláusula de reelección 

El día que el ex gobernador dijo que se iba a su casa. La negociación de una cláusula que el ahora peticionante ignoró. La letra constitucional y el episodio 2018. 

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) se apresta a resolver el caso más delicado en torno a la joven Constitución provincial, reformada en 2008. Debe interpretar un artículo por el cual un entrerriano puede o no volver a presentarse como candidato a gobernador. 

La cláusula de reelección y su posterior cláusula transitoria establecida en el texto magno no parecen invitar a la confusión. O la necesidad de profundizar lecturas. 

Todas las fuerzas que participaron de ese proceso reformista coincidieron con que se debía abrir la posibilidad de reelección, clausurada hasta ese momento , pero con un límite. Ese límite fue la posibilidad de reelegir por una vez en las categorías gobernador y vice. 

La cláusula transitoria, sin embargo, fue la que estableció que quien transitara en ese momento un mandato (Sergio Urribarri y Eduardo Lauritto) se computara como un período. 

Urribarri, que hoy ataca esa cláusula, estaba en guerra con Jorge Busti en el marco de la interna justicialista que se había abierto en todo el país producto del conflicto entre el gobierno nacional y las entidades del campo. 

El 1° de agosto de 2008, el entonces gobernador dijo: “Me parece fantástico que los gobernadores puedan repetir un mandato y luego que se tengan que ir a la casa”. Y agregó: “Es evidente que para un buen gobernador cuatro años son insuficientes pero más de ocho años seguidos en el poder son malos para el interés general y para la democracia”.

El 30 de agosto de 2012, ya reelecto y encabezando su segundo mandato, fue consultado por la re re de Cristina Fernández de Kirchner y si había alguna posibilidad que él la plantee en la provincia, como se lo llegaron a proponer sabiendo que tenía los votos de sobra.  Respondió: “Yo dije que me voy a mi casa en diciembre del 2015 y lo sostengo”. 

 

Jorge

En el 2018, cuando Urribarri estaba al frente de la Cámara de Diputados, planteó esta posibilidad de buscar un tercer mandato. En aquella ocasión, a diferencia de esta, quedó en amagues, aunque con aportes de juristas porteños. No obstante, en Casa de Gobierno sondearon enfrente qué lectura se hacía de lo que había trascendido en los medios, y la respuesta fueron ceñidas de frente.  

Ahora hay una petición concreta. Una acción de inconstitucionalidad. “El gobernador y el vicegobernador podrán ser reelectos o sucederse recíprocamente solamente por un período, en forma consecutiva o alternada”, quedó redactado el artículo 161. La novedad era, concretamente, la palabra “alternada”, con lo cual impedía a una misma persona ser gobernador o vice más de dos veces en su vida, no importa si es en períodos consecutivos o no. Hasta ahí Urribarri y Busti podían competir en 2011. 

La cláusula transitoria establecida en el artículo 289, sin embargo, aclaró que la reelección será “de aplicación inmediata”, pero se consideraba al “actual período de gobierno”, es decir el que encabezaba en 2008 Urribarri como “el primero”.

Se aprobó sin que nadie chistara. Al contrario, todo lo que se puede leer en las crónicas de aquellos días eran saludos al “consenso”. 

Urribarri ha decidido, en paralelo con la presentación ante la Justicia, rememorar a su mentor y luego adversario. Es decir Busti. 

Busti fue el presidente de la Convención Constituyente, proceso en el que le dio rango constitucional al modelo que fue construyendo a lo largo de sus tres mandatos. 

Pero Busti no estaba para irse a su casa en 2011, sino que pretendía ser candidato a gobernador por dos períodos más. Esa hoja de ruta la incorporó a la nueva Constitución en la cláusula de reelección. 

Cuando se aprobó, el periodista Pablo Bizai escribió un interesante análisis cuyo título fue: “Busti impulsó una reforma a la medida de su edad”. En unos de sus párrafos dice así: 

“La jugada es impecable, por donde se la mire. Al adoptar el proyecto de la Coalición Cívica y Recrear, Busti evitó sacar la reelección por una votación ajustada y -en contra de lo que había dicho el PJ en la campaña- terminó impulsando un modelo de reelección políticamente correcto, incuestionable desde los sectores que siempre condenaron las reelecciones. ¿Por qué? Porque en lugar de promover el enquistamiento de una persona o un grupo político en el poder, lo limita. La novedad principal de esta reelección es esa limitación. Pero, al mismo tiempo, Busti es el más beneficiado en materia de oportunidades electorales. Con la cláusula transitoria que no contabiliza los mandatos ya cumplidos el por tres veces ex gobernador se convirtió el viernes en la única persona en la historia entrerriana en condiciones de ocupar la gobernación cinco veces”.

Busti no pudo alcanzar a Urquiza en gobernaciones, pero su letra lo deja arriba del podio para la posteridad.

Fuente: Página Política
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