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Interna Juntos Paraná

Gainza intensifica su instalación

Mientras sus adversarios frigeristas todavía tienen que definir un candidato, el ex concejal del PRO inicia un intenso trabajo de instalación de su figura para la intendencia de Paraná, que se extenderá todo 2022. Cómo proyecta la relación con Frigerio.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Emanuel Gainza inició esta semana una agenda de actividades con las que busca aparecer ante el electorado como un aspirante a la intendencia de Paraná que sostiene el contacto con la gente y prioriza la elaboración de soluciones para viejos problemas de la ciudad. El ex concejal del PRO se propone intensificar su presencia en los barrios, sus iniciativas sociales (como con comedores y adultos mayores) y el desarrollo de su plataforma (que arrancó en 2018 con Paraná 2030). Planea hacerlo por diez meses.

Ese es el tiempo del que dispone para llegar con una propuesta cerrada al mes de febrero, cuando haya que presentar listas para las PASO de abril, si es que, como todo el mundo supone, el gobernador Gustavo Bordet decide convocar a elecciones provinciales para el mes de junio de 2023.

Para esa interna de Juntos por la intendencia hay, por ahora, sólo dos jugadores en Paraná: Gainza por el PRO y Roberto Sabbioni por la UCR, que cada semana viene comunicando la apertura de promotoras en la ciudad y proyecta reunir 20 para el mes de abril.

Se espera que un nuevo agrupamiento, que se referencia con Rogelio Frigerio y que todavía no se presentó oficialmente (se llamaría Juntos por Paraná), proponga una tercera candidatura, que deberá definirse entre la diputada del PRO, Ayelén Acosta y el dirigente radical Leandro Brasesco.

Hay una distancia temporal importante entre un proceso y otro. Ni Acosta ni Brasesco han dicho aun públicamente que quieren gobernar Paraná. Gainza ya avisó en 2018, cuando lanzó su Paraná 2030. Hace cuatro años.

Sus adversarios tienen diez meses (hay que descontar el mundial de fútbol, las fiestas de fin de año, el tramo más tórrido de enero) para llegar a las PASO con un proyecto de ciudad armado y con un candidato instalado.

Esto es lo palpable, lo objetivo. En el terreno de lo opinable, los macristas y radicales que vienen trabajando en el proyecto de Gainza ven a la movida de Acosta como un “rejunte anti”, más que como un nuevo espacio homogéneo, que ofrezca una propuesta alternativa para la ciudad.

Reparan en que Paraná es compleja de administrar y que elaborar un proyecto competitivo, que pueda dar efectiva respuesta a las demandas de la gente, lleva tiempo y trabajo. Se trata, remarcan, de un desafío no sólo electoral sino también de gestión, que no cualquiera está en condiciones de llevar adelante. “Por qué creés que estamos tan solos. Porque esto no es fácil, no es como ocupar una banca en diputados”, comparan.

Se jactan de haber hecho “todos los deberes que hay que hacer” para construir un proyecto municipal. Desde definir un plan de gobierno, hasta mantener durante años una agenda territorial, pasando por cuestiones más finas y menos visibles, pero necesarias, como impulsar y formar liderazgos femeninos para respetar la paridad de género en el armado electoral y de gestión.

Gainza no confrontará con Acosta, sino con el intendente peronista Adán Bahl. Es la lógica de quien lleva ventaja.

En todo caso, buscará desviar el dardo más sólido que le arrojan sus adversarios internos: su delicado vínculo con Frigerio. En las oficinas de Acosta dicen que el candidato a gobernador nunca recuperó la “confianza” en Gainza desde aquel enfrentamiento de 2019, cuando “desafió” su liderazgo con una candidatura a diputado alentada por Marcos Peña.

Pero Gainza no necesita el amor de Frigerio. Le alcanza con su pragmatismo. Sabe que aún en el caso de que lo odiara, no puede ignorarlo.

Pero tampoco parece ser el caso. Frigerio y Gainza volvieron a hablar en 2021. El ex concejal puso su estructura en función de la postulación de Frigerio para diputado nacional, tanto en la campaña como en la tarea electoral. Junto al diputado Esteban Vitor, Gainza le organizó el único acto más tradicional de campaña que Frigerio tuvo el año pasado en Paraná, en el club Peñarol.

A Frigerio, Gainza puede no caerle bien, por marcopeñista, por macrista o por lo que fuere. Pero ni Gainza es un halcón, ni el macrismo (por más resurgimiento de estos días) tiene un candidato que lo desafíe en Entre Ríos. En el PRO de esta provincia, Frigerio es el líder indiscutido.

Es una verdad tan objetiva como que Gainza es el único candidato del PRO que lleva cuatro años trabajando en un proyecto municipal para la capital, un distrito electoral clave para cualquier aspirante a la gobernación.

Frigerio es cualquier cosa menos un dirigente que se mueva por emociones. Si lo fuera, ya hubiera hecho rodar la cabeza de la diputada Lucía Varisco. Pero, por más encono que le generen sus durísimas acusaciones, sabe que separala del bloque sólo serviría para potenciarla, para avivar un fuego que lo quema, a él y al conjunto de Juntos.

¿Por qué entonces buscaría boicotear a Gainza? Sobre todo cuando no tiene la seguridad de un candidato sólido para ocupar su lugar.

Por el contrario, hasta ahora los gestos han sido amistosos. En su primera actividad de campaña, Gainza pudo exhibir este lunes el saludo de Frigerio a las mujeres de la fundación Hacemos que se reunieron con el candidato a intendente con motivo del 8M.

Eso no quiere decir que Frigerio no aliente al grupo de Acosta. De hecho, la diputada provincial que vivía en Escobar, provincia de Buenos Aires, se mudó a Paraná con su familia por pedido del aspirante a la gobernación.

El negocio de Frigerio es sumar. Acosta o Brasesco (si es que la diputada no termina de definir su vocación municipal o mide menos que el radical) pueden traerle los votos que no logre juntar Gainza en la ciudad capital. Eso para empezar. Después se verá. Nunca se puede descartar el surgimiento de un nuevo liderazgo local que termine siendo una revelación para el electorado paranaense.

Lo que sus detractores internos señalan como un defecto, puede resultar una virtud para Gainza. El “desafío” a la conducción de Frigerio en 2019 también puede haberlo fortalecido como un líder local con carácter, que hace valer lo propio. Depende como se mire y se entienda el ejercicio de la política. Más o menos vertical.

En la fundación Hacemos no dejan de remarcar que hizo la mejor elección de un dirigente del PRO en Paraná, cuando en abril de 2019 enfrentó en la interna nada menos que a Sergio Varisco. Aunque aceptan que seguramente muchos de esos votos, que le sirvieron para obtener minoría y llevar concejales para el PRO, no se expliquen en el poder persuasivo de Gainza sino el rechazo a Varisco, sobre todo en las seccionales del centro de la ciudad.

Como fuere, Gainza tiene una historia para exhibir. Un antecedente importante para un partido chico como el PRO, que se produjo en un muy mal momento del gobierno de Macri, en una elección en la que el peronismo, con Bordet a la cabeza, arrasó con el 57% de los votos.

Y cuando Bahl asumió la intendencia, el ex concejal siguió un camino lógico de quien quiere ser intendente. Ocupó un virtual liderazgo político de la oposición en el Concejo Deliberante, al armar el bloque de Juntos por el Cambio, que integran Maximiliano Rodríguez Paulin (PRO) y los radicales Walter Rolandelli y Francisco Avero.

En suma, en las oficinas de la fundación Hacemos, desde donde Gainza siguió haciendo su trabajo territorial en la ciudad luego de dejar su banca de concejal, ven en frente de la interna a un agrupamiento “poco serio”, donde  “se juntan para ver quién es más amigo de Frigerio” y, como todo capital político, “esperan que los bendiga».

 

Fuente: Página Política
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