El acuerdo alcanzado esta semana entre el Movimiento de Unidad Radical (MUR) y uno de sus adversarios históricos en la UCR de Paraná, la Línea Radical de Entre Ríos (Lirer), modifica la escena de la interna de Juntos por el Cambio en la capital entrerriana.
No se debe tanto al peso de las dos tradicionales líneas del radicalismo. Ambas ya hace tiempo que no son lo que eran. La Lirer dejó de gravitar en la interna tras la última experiencia de la UCR en el poder provincial, cuando Sergio Montiel hizo malabares para sobrevivir al fracaso de la Alianza y logró completar el mandato hasta diciembre de 2003. El MUR se redujo en 2020 a uno de los pedazos en los que estalló el varisquismo tras la caída del ex intendente Sergio Varisco, cuando fue condenado a fines de 2019 por narcotráfico.
El acuerdo no importa tanto por el peso de cada grupo, sino porque trae implícita la decisión de la diputada Lucía Varisco de jugar en la interna de Juntos por Entre Ríos. La hija de Sergio Varisco se postuló el año pasado por afuera de Juntos, como candidata del partido Fe.
La interna por la intendencia viene dominada por los postulantes alineados provincialmente con el candidato a gobernador del PRO, Rogelio Frigerio. Ahí están los dos aspirantes del PRO, Emanuel Gainza y Ayelén Acosta y los radicales Leandro Brasesco (de Evolución radical, asociado con Acosta), Roberto Sabbioni y Silvina García. Estos dos últimos provienen del varisquismo, lo mismo que los concejales que juegan con Gainza (Francisco Avero y Walter Rolandelli) y dirigentes de la ciudad como el diputado Eduardo Solari y Ricardo Gutiérrez. Todos fueron parte del varisquismo, pero apoyan a Frigerio.
En frente, el espacio que provincialmente lideran Pedro Galimberti y Darío Schneider tiene en Paraná a dos aspirantes a la intendencia: Jorge Izaguirre y Gustavo Curvale. Ahora el MUR y la Lirer se vienen a sumar como alternativa y la candidata no sería otra que la propia Lucía Varisco, que como primer paso buscará reunificar todo lo que pueda al espacio que lideró su padre. El primero en la mira es Sabbioni. Ya sea para sumarlo o para vaciarlo.
Así las cosas, la interna en Paraná tomaría otro color. Si se suman los votos que obtuvieron en las PASO de 2021 Galimberti en la ciudad (con Izaguirre y Curvale militando esa boleta) y Varisco (por afuera) más Sabbioni, el espacio que enfrenta a Frigerio en la capital provincial se tornaría más competitivo.
Habrá que ver si esos grupos logran ponerse de acuerdo para unificar una opción electoral. El varisquismo viene, con su división, de ser funcional en 2021 a Frigerio.
Los votos de 2021 para una lista de cinco diputados nacionales son sólo una referencia. La de 2023 es una elección distinta, donde entran en juego muchos más intereses personales: gobernador, intendentes, senadores, diputados, concejales.
Las PASO también serán diferentes. Un lugar en la lista de concejales de Paraná es una oferta apetecible (más que en otras ciudades) para cerrar un acuerdo con espacios que no fueron contenidos por el adversario.
Sombra
En otro contexto histórico, Lucía Varisco hubiera sido expulsada de la UCR por haber competido en contra del partido. Pero nadie se atreve a echar del radicalismo a ese apellido. Sobre todo en un contexto de tan alta fragmentación como el que presenta la UCR de Paraná tras la disgregación del varisquismo. La marca de lo que fue el aparato más poderoso de la UCR sigue gravitando en la escena local de la UCR.
En la interna de JxC algunos creen que Lucía no se atreverá a jugar porque no está dentro de sus posibilidades reeditar la eficaz maquinaria electoral que dirigía su padre. Se arriesgaría a demostrar que el varisquismo murió con Sergio. Pero su construcción puede alcanzar un punto intermedio que, en la fragmentada escena de la UCR de Paraná sobresaldría. Hasta mi sombra brilla en esta ciudad, canta el Indio Solari.
Lucía no fue ni será expulsada de la UCR. Tampoco será apartada del bloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura. Al menos por ahora, a nadie le conviene.
Mientras tanto, la diputada sigue con sus duras acusaciones al PRO en el recinto.
El acuerdo con los viejos montielistas es importante además desde el punto de vista simbólico. No sólo montielistas, también distintos sectores en los que se dividió la corriente Illia de Paraná acompañaron el homenaje que a principios de mes se le hizo a Sergio Varisco en la sede de la UCR, donde se descubrió una placa que lo evoca como una «víctima del lawfare». Lucía ya no es la única radical con ese discurso incómodo para el PRO.
Teléfono para Lousteau
Aunque en verdad nunca se haya ido, el abierto regreso de Lucía Varisco a la UCR mete una cuña en Evolución, la línea que lidera el senador porteños Martín Lousteau y que el año pasado obtuvo la candidatura más importante para la UCR, con Marcela Ántola secundando a Frigerio en la lista, a raíz de un acuerdo de cúpula con el ex ministro de Mauricio Macri.
Lucía es el ala Enrique Nosiglia de Evolución en Paraná. Los Varisco siempre jugaron con “El Coti”. Puede esperarse de parte del varisquismo una presión hacia Lousteau para que no se meta en la interna entrerriana o que, en todo caso, cumpla con su promesa ante la Convención Nacional de la UCR para apoyar a candidatos a gobernadores radicales.
Se supone que Lousteau, en su aspiración para gobernar la ciudad de Buenos Aires, va a necesitar del apoyo del candidato a presidente de la UCR, aunque recientemente se pronunció a favor de fórmulas cruzadas (PRO-UCR; UCR-PRO) para las PASO de 2023.
En estos tiempos de tanto descrédito de la dirigencia, sobresalen los que no tienen tan alta su imagen negativa. Una encuesta encargada por Patricia Bullrich, que circuló entre la dirigencia entrerriana de JxC, muestra a Facundo Manes como el radical mejor posicionado en este sentido, pero con un extra: un mayor nivel de desconocimiento que le permite crecer y, en teoría, superar el techo de sus rivales del PRO.
