
La postergación de las PASO para el 12 de septiembre y de las generales para el 14 de noviembre generó una adaptación del cronograma electoral que se hizo oficial este martes, cuando fue publicado por la Cámara Nacional Electoral (ver al pie de esta nota).
A los efectos de la definición del escenario político, la fecha más importante del cronograma es la de la presentación de las listas de candidatos para las PASO. El 24 de julio se define toda la oferta electoral. No hay posibilidad, luego de esa fecha, de agregar una candidatura. Ese mismo día comienza formalmente la campaña electoral.
Diez días antes, el 14 de julio, es el segundo plazo más importante del cronograma. Ese día se deben presentar las alianzas electorales. Todos los acuerdos entre partidos políticos deben sellarse antes de esa fecha; no hay posibilidad de modificación posterior. Se sabrá ahí cómo van a quedar conformadas las alianzas que, hay que recordarlo, se constituyen para cada elección.
Estas dos instancias, previas a las PASO del 12 de septiembre, son las más trascendentes para el armado de la oferta electoral de los comicios legislativos. Los márgenes de maniobra que tiene la dirigencia para ese fin se terminan el 14 y el 24 de julio. Después será el voto popular de las primarias del 12 de septiembre el que terminará de moldear la oferta electoral para las generales del 14 de noviembre.
Las PASO determinan qué lista gana la interna y, en consecuencia, qué candidatos son los que llevará cada partido o frente electoral a las generales de noviembre. Y dependerá de los estatutos de cada frente electoral la posibilidad de que la lista que obtenga el segundo lugar pueda integrar candidatos en la lista ganadora, en representación de las minorías.
Los frentes
Toda la actividad política que se desarrolle de ahora en más se ordena con este horizonte inmediato. La primera parada es la del 14 de julio, límite temporal para inscribir alianzas.
En Entre Ríos, el oficialismo tiene resuelto reeditar el Frente de Todos, la alianza que expresa la reunificación peronista de 2019 y que le dio la reelección al gobernador Gustavo Bordet con el histórico 57% de los votos. El frente está integrado en la provincia por el Partido Justicialista; el Partido Movimiento por Todos; el Partido Frente Grande; el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo; el Partido Frente Entrerriano Federal para el Trabajo, la Producción y la Justicia Social; el Partido Compromiso Federal; el Partido Unión Popular; el Partido Comunista de los Entrerrianos; el Partido del Trabajo y del Pueblo; el Partido Solidario y el Movimiento Libres del Sur.
Las novedades pueden venir por el lado de la oposición. La alianza Cambiemos, que para las últimas elecciones nacionales (octubre de 2019) llevó el nombre Juntos por el Cambio, podría sumar otras fuerzas. Actualmente está compuesta por la UCR, el PRO, el GEN, y el MSE. Podrían agregarse partidos ya habilitados, como Entre Todos Entre Ríos (de los peronistas Mario Moine, Augusto Alasino, Emilio Martínez Garbino, Luis Leissa); o en formación, como Republicanos Unidos (liderado nacionalmente por Ricardo López Murphy) que une en la provincia a Recrear con tres agrupaciones: Partido Libertario, Mejorar y Unidos; o una fracción del socialismo.
La incorporación de un nuevo partido, así como la posibilidad de modificar el nombre de la alianza deberá ser aprobada por los congresos de los partidos que actualmente integran JxC. Aquí, como siempre, habrá que ver sobre todo lo que ocurra en la UCR, que es el partido más grande de la alianza y el que más importancia otorga a estas instancias institucionales.
Las listas
Diez días después, el sábado 24 de julio a la noche todo el mundo político estará expectante por la presentación de listas de candidatos ante las respectivas juntas electorales partidarias. En ese momento -y no antes- se sabrá si habrá internas en los partidos o frentes electorales. Si se pudo alcanzar un acuerdo para una lista de unidad y qué significó ese acuerdo; o si, por el contrario, hay más de una lista anotada y las diferencias se saldarán en las primarias del 12 de septiembre.
Esa noche se conocerá quién finalmente competirá en las elecciones; quién se bajó porque no le dio el piné, o bien para acordar quizá no un cargo para esta elección sino para 2023; si aparece algún candidato tapado, que no estaba en los cálculos de nadie, etc.
Con pocos movimientos dentro del oficialismo, las expectativas de estos días están puestas en cómo se terminará resolviendo la interna de Cambiemos. El 24 de julio se sabrá, por ejemplo, si efectivamente el grupo de los intendentes radicales enfrenta a Rogelio Frigerio en las primarias y en qué marco de acuerdos hacia el interior de la UCR y de Cambiemos. Si, efectivamente, Frigerio va acompañado por dos radicales en su lista, como viene ofreciendo, y si el tercer lugar es para Atilio Benedetti; si el último candidato a gobernador radical se arriesgará en ese lugar a quedar afuera, aún en caso de ganar pero con otra lista obteniendo minoría. Si, efectivamente, Pedro Galimberti encabeza la lista “radical” pero conteniendo una pata macrista y quizá una peronista. Y así. La noche del 24 de julio se corre el telón y se muestra, todo junto, el escenario de la contienda.
El voto ordenador
Lo único importante que queda, antes de la elección general, es la propia elección primaria del 12 de septiembre. Ese domingo a la noche se sabrá quién manda dentro de cada partido o frente electoral que haya ido a internas. Pero también qué frente sumó más votos en su interna. Bajo esta segunda mirada, las primarias operan como una virtual primera vuelta electoral.
Además, esa misma noche, o quizá al día siguiente con los números oficiales del escrutinio provisorio, se sabrá si la lista ganadora tiene o no que ceder espacio para la minoría.
El momento clave para saber cómo hacer este cálculo es el 14 de julio, cuando se anotan las alianzas electorales y se establecen las reglas de juego que se seguirán para definir este asunto. Cambiemos viene aplicando el criterio radical del piso del 25% de los votos para obtener minoría. Es decir que sólo las listas perdedoras de la interna que hayan obtenido el 25% de los votos o más pueden aspirar a colar un candidato en la lista ganadora, siempre en proporción a sus votos. Por eso se habla de un posible escenario de fuerte impacto político en la interna radical: que gane Frigerio, pero que deba ceder el tercer lugar de su lista (¿Benedetti?) para quien encabece la lista de los intendentes (¿Galimberti?).
En el PJ, en cambio, esta es una asignatura pendiente. Nunca se convocó al congreso partidario que iba a reformar la carta orgánica para incorporar la representación de minorías. Había sido parte de la reforma política que Bordet impulsó en 2018, pero quedó en el camino cuando el proyecto original de un nuevo código electoral terminó reducido a una reforma, consensuada con la oposición, que le permitió desdoblar las elecciones en 2019.
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Fuente: Página Política