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Urribarri, el impensado aliado de PRO

Con su negativa al desdoblamiento de los comicios en Entre Ríos, el exgobernador kirchnerista coincide con los intereses electorales de Cambiemos y, en particular de PRO. Los macristas, sin candidato propio competitivo, sueñan con que para octubre de 2019 Frigerio pueda “bajar” a la provincia.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

En la Cámara de Diputados de Entre Ríos, los legisladores macristas han sido los más severos críticos del presidente del cuerpo, el exgobernador Sergio Urribarri. Buena parte de las diferencias internas con sus socios radicales en Cambiemos tuvieron que ver con las posiciones que asumieron ante quien maneja los recursos de la Cámara.

Para el PRO, Urribarri es la versión entrerriana más pura del modelo de “corrupción” kirchnerista. Lo ven como a Cristina Fernández, una figura política que les facilitó el acceso y permanencia en el poder. Que Urribarri esté políticamente vivo y con ganas de volver a gobernar Entre Ríos es, para el macrismo, una buena noticia.

Urribarri sería el contrincante ideal para Cambiemos. Pero nadie cree que vaya a ser. Alcanza con echar un vistazo a la Constitución que le prohíbe un tercer mandato y a los sondeos que lo muestran con mala imagen pública debido a su media docena de causas judiciales. En todo caso, agradecen que complique la interna peronista. Y que hasta amenace con dividir el voto peronista, si finalmente Unidad Ciudadana se presentan como alternativa al PJ en Entre Ríos.

Pero Urribarri no sólo alegra a los macristas por esta razón. También porque desde la presidencia de la Cámara está frenando la posibilidad de que Bordet recupere la facultad de convocar a elecciones provinciales separadas de las nacionales.

Según pudo averiguar Página Política, el exgobernador estaría controlando la mitad de los votos de la bancada del oficialismo:

Como Urribarri, los macristas no quieren saber nada con adelantar las elecciones.

Razones

Urribarri quiere votar en octubre porque especula con la candidatura presidencial de Cristina, hoy por hoy, la dirigente peronista, por lejos, mejor posicionada. En un armado de boleta sábana completa de cargos nacionales y provinciales, el exgobernador tendría mucho más peso para definir candidaturas, incluida la suya a senador nacional.

Bordet, en cambio, quiere votar antes en la provincia porque no tiene candidato a presidente. Si se desdoblan los comicios de 2019 y el PJ va a una elección de cargos sólo provinciales y locales, Urribarri no tendría injerencia en ese armado. Si Bordet gana, suma poder interno dentro del PJ, donde conserva algún peso Urribarri. Si Bordet pierde, quizá quiera ser él el candidato a senador.

En el PRO reconocen que a Bordet le conviene separar las elecciones provinciales de las nacionales (provincializar la campaña, sin contaminación del debate nacional) por su buena imagen. Pero advierten que una parte de esa buena imagen está entre votantes de Cambiemos. Una cosa es la imagen, otra la intención de votos.

A Cambiemos le conviene octubre porque el gobierno de Mauricio Macri tendrá más tiempo para una recuperación económica, como ya se ha explicado oportunamente:

Pero además, en el PRO no pierden las esperanzas de contar con el único candidato propio competitivo. Con elecciones en octubre, aumentan las chances de que “baje” Rogelio Frigerio como candidato a gobernador de Entre Ríos. Antes no podrá, porque lo seguirá necesitando Macri.

Aseguran que, en los planes de la Casa Rosada para 2019, Entre Ríos figura entre las provincias donde pretenden “jugar fuerte”. Acotan que los arquitectos de la estrategia electoral de PRO razonan más como empresarios que como militantes: apuestan donde tienen posibilidades de ganar.

Candidatos

Hoy el PRO no tiene candidato propio competitivo. Pero no van a dejar solos en la cancha a los radicales Ricardo Troncoso y Atilio Benedetti. Proyectan impulsar a su único intendente en Entre Ríos, Gustavo Hein, poniendo el acento en la necesidad de renovación política y en los resultados de su gestión en Basavilbaso, generosamente afirmada desde la Nación.

Según cuentan en el PRO, en un momento pasó por la cabeza de Frigerio la idea de impulsar nombres nuevos: Hein iría acompañando en la fórmula al intendente de Chajarí y presidente de la UCR Pedro Galimberti, que es parte del grupo que lidera en el radicalismo el exdiputado Fabián Rogel, de buenas migas con el Ministro del Interior. Entendía que, aun desdoblando las elecciones, lo que más medía era el sello Cambiemos, por encima de los candidatos. Si se impulsaba a candidatos poco conocidos, y por eso mismo sin imagen negativa (sin un techo definido) se los podía posicionar como renovación. Pero eso fue para el mes de abril, antes de la “tormenta” que desplomó al sello Cambiemos. Y que, de seguir así, podría hacer volar más de un techo electoral en el peronismo.

Que se despeje

Volviendo al tema, a Cambiemos le conviene octubre además porque tienen más posibilidades de que para entonces se atenúe el durísimo golpe que produjo el procesamiento del intendente Sergio Varisco por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.

Si se revocara el procesamiento del intendente radical y si el concejal macrista Emanuel Gainza quedara desvinculado del caso, presumen que, con el correr de los meses, el tema dejaría de estar tan presente en la consideración del electorado del distrito que ha sido clave para los triunfos de Cambiemos en 2015 y 2017.

La “tormenta” económica y el caso Varisco asestaron un potente golpe al ánimo sobre las expectativas electorales de Cambiemos. Pero la interna peronista abierta por Urribarri, les devuelve la sonrisa.

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